Buena noticia; sobre todo para los familiares de los militares.
Ya os adelanté que no estaban olvidados. La profundidad y el dinero, eran los únicos obstáculos. Nunca ha faltado la voluntad y la decisión.
Ahora tendrán que investigar qué pasó, cómo, por qué, y tratar de que no vuelva a ocurrir.
De todas maneras hay un hecho que es incuestionable y, de no cambiarlo, seguirá siendo una espada de Damocles sobre las tripulaciones de este tipo de helicópteros cuando actúan sobre el mar.
El Aeroespatiale Súper Puma, que es el modelo accidentado; es un aparato multiuso de muy buenas características; pero no es un aparato especialmente adaptado para operaciones en el mar. Es decir, es un “chico para todo” que se va “tuneando” en virtud de las necesidades y exigencias del servicio.
Actualmente todos los helicópteros del SAR (Salvamento y Rescate; no Servicio Aéreo de Rescate, ya que en realidad son siglas en inglés) disponen de una especie de flotadores hinchables adaptados en la parte baja del fuselaje junto al carenado del tren de aterrizaje, que permite la supervivencia y flotación en el agua durante un pequeño tiempo. Nunca asegura la flotabilidad del aparato, y menos aun en determinadas circunstancias de mar agitada. Cualquier incidente en vuelo, que sería fácilmente subsanable en zona de tierra mediante un simple aterrizaje de emergencia (con o sin autorrotación), se vuelve sumamente peligroso y susceptible de convertirse en una tragedia cuando se realiza en el mar.
El problema está, como siempre, en el dinero. Diversificar los sistemas en función de la particularidad de las misiones cuesta mucho dinero; y ya sabemos de sobra que las FAS son las últimas de las que los “democratasdetodalavida” se acuerdan. Esta vez ha costado cuatro vidas; cuatro vidas que han pasado desapercibidas para la opinión pública porque no tenían importancia política; pero que no son las únicas.
Lo dicho. Espero que rescaten del fondo del a mar a todos y se investigue con seriedad el accidente. Solo añadir mi más sincero reconocimiento a todos los componentes del SAR español que día a día vuelan y arriesgan sus vidas por salvar las de otros.