Esto de los cursos de formación es la rehostia. Por causas particulares y circunstanciales yo he vivido algo de todo este entramado.
A ver si soy capaz de contarlo.
Hace tiempo alguien que conozco a la perfección comenzó a dar clases a cierto colectivo profesional. Se trataba de formar a gente muy joven de cara a una oposición. Era una academia particular donde todo parecía correcto. Pagaban por horas y luego aquello se reflejaba en un apartado especial de actividades profesionales. El “colega” pensaba que aquello estaba chupado. Sobraban los conocimientos y el alumnado era incapaz de poner la más mínima pega a cualquier cosa ( el nivel cultural era muy bajo). Todo empezó a complicarse cuando poco a poco fue dándose cuenta que lo que sabía y trataba de transmitir a los chicos, no valía para nada. ¿ Que pasaba? Un día, un chaval que seguramente valoraba el esfuerzo que el profe estaba realizando le explicó todo.
Llevaba el muchacho tres convocatorias de oposición intentadas. La primera vez no sabía ni donde estaba, pero ahora ya tenía un conocimiento profundo de todo el asunto. No sigas por ese camino, dijo, el ritmo, el temario, y lo que van a preguntar lo dirige y controla la academia “X”. La academia “X” estaba formada y controlada por cierto sindicato; que a su vez, también formaba parte del tribunal examinador ( ¿ inaudito). Las cuotas que exigía por alumno eran muy superiores a la de “nuestra academia”, pero la gente hacía cola para entrar; además. Creo que la ley ( por lo menos antes) permitía la creación de academias a los sindicatos para procurar “el perfeccionamiento profesional de sus afiliados”, pero la masa de alumnos opositores no pertenecía a sindicato alguno; así que les obligaban a afiliarse por narices ( supongo que para que nadie pudiera decir nada) y si aprobaban lo tendrían que mantener por tres años como mínimo. En fin, una trapacería política de la que sacaban un pastón y de paso hacían la competencia desleal.
Yo me pregunto para qué leches tienen que dar clases los sindicatos. ¿Son ellos mejores profesores? ¿ No lo podría hacer gente particular, las universidades laborales, o el INEM ese que solo sirve para contar parados?
Bueno. Se metió un “topo” en la susodicha cueva de Alí Babá y se consiguió enterarse a la perfección de como montaban ellos el tinglado. Se dieron por buenas algunas barbaridades culturales y se admitieron datos falsos que los muchacho debían memorizar. Se esperó al examen….y se superó el número de aprobados respecto a la “academia sindical”. Los adalides de las libertades obreras no se lo creían. A pesar de “contaminar” el temario les habían superado.
El profe ninguneado, cogió una copia de las respuestas dadas por buenas y fue recorriendo diversos estamentos oficiales pidiendo por certificado los datos correctos, y posteriormente lo llevó a un juzgado e impugnó los resultados. De esto hace ya más de diez años…..pues nada de nada. El sindicato en cuestión cambió las fuentes de sus datos para blindarse y continuó con su patente de corso. La verdad y la justicia…..muy democráticamente a tomar por culo.
Posteriormente aparecieron los cursos del INEM, e inmediatamente las academias sindicales se subieron al carro; y de paso, las particulares dejaron de un lado las oposiciones profesionales “baratas” ( que daban poco dinero y los alumnos daban mucho la lata), y también se apuntaron en masa a ese tipo de cursos. ¿Por qué?.....ahora ya nos vamos enterando.
¿Qué?¿ Qué no es para sacar la recortá y armar la de Puerto Urraco?... ¡Mecachis!
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