Bueno. Pues parece que hemos sobrevivido a las vacaciones.
Sobre la corrupción de los políticos y la evolución supuestamente positiva de la sociedad, decía un antiguo romano, qué los procónsules de las provincias, empleaban su mandato de tres años de la siguiente manera: El primer año para enriquecerse ellos, el segundo para recompensar a sus amigos, y el tercero en obtener lo necesario para sobornar al tribunal, por si el asunto se torcía y lo juzgaban a su regreso a Roma.
Aquí cuentan con un año más y a quienes tienen que juzgarlos ya están “sobornados” de antemano.
Poco hemos cambiado desde aquellas calendas.