Román es un tío tranquilo, sencillo y noble.

De esas personas a las que dudas que nadie pueda tener de enemigo. Es ese galán de medio lado que con sonrisa pícara y fondo tranparente, te levantaba las chavalas de la noche madrileña de los 90.

Un buenazo que sabe por donde pisa. Que sabe respetar y ser respetado. Que deja que te acerques, pero sabe por dónde vienes. Que aunque se enfade por cosas sencillas, perdona por cosas verdaderas.

Aquel día no les viste venir, porque a quien no tiene corazón no se le puede predecir. Pero al Román que yo conocí no conseguirán hundirle.

Ánimo Romanín. Tu carácter sereno y contundente te sacarán adelante.