Estuve de servicio cierta vez, protegiéndola a ella, en una protesta de un grupo de mineros. Ella miró los mineros y les hizo una peineta lo que casi originó una revuelta, éramos pocos efectivos y ellos muchos. Gracias a Dios no pasó nada porque los mineros se comportaron.

Esa mujer tenía luces y sombras en León.

En cualquier caso siento profundamente su muerte como cualquier muerte violenta.