“…esta tía” El subconsciente hace malas jugadas cuando tratamos de expresarnos, y he aquí una evidencia.
Ya he dicho que desconozco las virtudes y defectos de esa señora. León me pilla muy lejos y lo bueno o malo que como persona o como política pudiera haber hecho lo desconozco por completo. Entiendo que cualquier personaje con connotaciones políticas pueda crear fobias o simpatías, pero si somos honrados debemos aceptar que la mayoría de las veces estamos influenciados por lo que otros dicen de ellos, nunca, o casi nunca por conocimiento personales constatables, y menos aun somos objetivos cuando juzgamos a nuestros semejantes. Esto es tan cierto como la luz del día y nadie puede decir lo contrario.
Seguramente si esa señora hubiese sido una mujer anónima, sin la relevancia política y sin pertenecer a un determinado grupo político, hubiese sido un suceso más de los que desgraciadamente nos estamos acostumbrando, pero no era una mujer anónima, era una representante de muchos, y no hay que olvidar, que ocupaba un puesto legitimada por la voluntad de una mayoría; pero que consecuentemente la convertía en oponente política de muchos otros; de los que ha quedado demostrado, llevan tan lejos sus sentimientos agresivos hasta el punto de alegrarse por el asesinato de la mujer. Esto solo es capaz de hacerlo ese animal que dice ser racional y lo llamamos humano.
Es triste comprobar cómo personas que pueden ser nuestros vecinos, esos mismos que nos saludan atentamente y pueden bromear con nosotros de cualquier cosa, pueden encerrar en su interior un odio enfermizo tan grande y peligroso como para juzgar y denostar peyorativamente a una persona a la que vilmente han asesinado. Es triste y al mismo tiempo da miedo comprobarlo.
Ya solo queda desear que descubran la verdad y castiguen a los culpables.