El comandate de la Guardia Civil detenido por agresión declara que sólo se defendió




López Furnells aseguró ante el juez que “soltó una patada defensiva” al empresario melillense · El comandante también dijo que “soltó tres puñetazos” al empresario, “un derecha, izquierda, derecha”, porque éste “fue hacia él”.





Rafael López Furnells, el comandante de la Guardia Civil detenido en Melilla el pasado 24 de marzo por agredir a un ciudadano, asegura que la noche de los hechos sólo se defendió. Para ello, primero “soltó un patada defensiva” al empresario melillense que supuestamente le iba a atacar. No sabe dónde impactó con el pie. “Cree que pudo ser a la altura del pecho”. Así lo declaró el pasado 30 de abril ante el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Melilla, que trata de aclarar qué sucedió aquella noche de hace casi dos meses en la calle General Villalba, frente al supermercado Ati.
Tras esa patada, el comandante declaró que el empresario se vino hacia él, “por lo que le soltó tres puñetazos (el guardia civil al ciudadano melillense). Que uno de ellos, que cree que fue el primero, piensa que impactó en la zona derecha de la cara a la altura del ojo. Que soltó un derecha, izquierda, derecha. Que a continuación el empresario se llevó las manos a la cara y que él pudo ver que a continuación sangraba”.
El médico forense que más tarde examinó al empresario apreció numerosos hematomas en su cuerpo y un corte en la región orbitaria del ojo derecho de tres centímetros con tres puntos y en especial un hematoma que ocupaba toda el área orbitaria derecha, con edema e imposibilidad de abrir los párpados.
Por su parte, el comandante de la Guardia Civil sólo presentaba “lesiones en la zona derecha del labio superior y escoriaciones en el dorso de la mano derecha”, según el examen al que fue sometido en Urgencias de la Clínica Rusadir. Como tratamiento no se le prescribió ninguna medicación, sólo hielo. Cuando compareció ante el juez tras permanecer toda la noche detenido, el comandante no solicitó que el médico forense lo examinara ni el juez lo consideró conveniente.
Aunque los hechos ocurrieron el 24 de marzo, hasta el pasado 12 de abril Rafael López Furnells no presentó su denuncia en el Juzgado contra el empresario melillense que supuestamente había intentado atacarle. En ese documento, el guardia civil señala que la noche de los hechos (02:00 horas de la madrugada del 24 de marzo) el empresario estaba hablando con su ex mujer y se acercó a ellos. “Tras una breve discusión en la que el denunciado, primero elevaba la voz y se dirigía en tono amenazante a su persona, a continuación, le propinó un puñetazo en la boca, por lo que tuvo que defenderse de dicha agresión ante la actitud del denunciado, que pretendía continuar agrediéndolo”. Rafael López considera que el empresario “cometió un ilícito penal, tanto por las agresiones como por las amenazas sufridas”.
Dos semanas y media después de presentar su denuncia, el pasado 30 de abril, el comandante de la Guardia Civil fue llamado a declarar por el juez. Allí explicó que el día de los hechos había mantenido una discusión en un bar con su ex mujer y actual pareja. Anteriormente habían estado casados. Él quería irse para casa y ella quería seguir por allí “porque estaba con un compañero de trabajo y lo tenían que llevar a casa”. Finalmente los tres subieron al vehículo de la mujer y por el camino ésta propuso a Rafael López que se fuera a casa mientras ella acompañaba hasta la suya al compañero de trabajo. El guardia civil aceptó, pero no regresó a su domicilio sino que por su cuenta también se encaminó al lugar al que se dirigía la mujer. Al llegar allí, vio que ésta se encontraba dentro de su coche. El compañero de trabajo se había marchado y la mujer estaba hablando con un hombre que se encontraba fuera del vehículo asomado por la ventanilla del copiloto. El comandante declaró ante el juez que “le dio la impresión de que estaban discutiendo”. El guardia civil le gritó: “¿Qué estás haciendo ahí?”. Y se dirigió hacia él.
Rafael López asegura que el hombre que estaba hablando con su ex mujer “respondió propinándole dos o tres puñetazos, golpeándole uno de ellos en el labio superior, que fue más bien un roce, no un golpe fuerte”. En ese momento, el guardia civil se desequilibró y fue cuando “soltó una patada defensiva” al empresario. A pesar de ello, éste se fue a por él, por lo que Rafael López le “soltó tres puñetazos”, una combinación de derecha, izquierda, derecha, según explicó el propio comandante al juez.
A continuación, el guardia civil se acercó al empresario “y le preguntó que qué le había hecho. Éste reaccionó diciéndole que le dejase en paz, que le había hecho sangre”. Y el comandante le pidió disculpas. “Se dio cuenta de lo que había pasado y decidió permanecer en el lugar”, declaró ante el juez. Primero apareció una pareja, después una patrulla de la Guardia Civil y más tarde la Policía Nacional.
El comandante permaneció toda la noche detenido hasta que al día siguiente fue conducido ante el juez. Antes, a las 03:35 horas, comunicó su arresto al teniente coronel de Ávila, donde en ese momento estaba destinado.
Durante su declaración, Rafael López afirmó que únicamente su ex mujer fue testigo de los hechos y que nadie intervino para separarle del empresario. Aseguró que la pelea “pudo durar entre 30 o 40 segundos” y que “no recuerda cuál fue la actitud de la mujer en ese momento”. En su denuncia contra el empresario solicita que ésta sea citada judicialmente a declarar como testigo. También pide en ese escrito, presentado el 12 de abril, una prueba pericial para que “ser reconocido por el médico forense de las lesiones y secuelas producidas por la agresión” que tuvo lugar el 24 de marzo: Lesiones en la zona derecha del labio superior para las que el médico que las examinó sólo recomendó tratamiento a base de hielo y ninguna medicación.

Otra patada del comandante

La “patada defensiva” al empresario no fue la única que aquella noche soltó el comandante Rafael López. También se llevó una el todoterreno negro que se encontraba aparcado en el lugar de los hechos a tres metros del vehículo de su ex mujer y que precisamente pertenecía al empresario que, al parecer, había intentado atacarle. Esa patada, según el guardia civil, fue fruto de “su impotencia”. Rafael López explicó al juez que “sabía que próximamente se podía producir una vacante de comandante en Melilla”. Aunque se había divorciado de su mujer en 2011, habían tenido varios acercamientos y su intención era pedir destino en la ciudad autónoma. Pero “sabía que podía traer complicaciones el hecho de haber mantenido la pelea al tratarse de destinos de libre designación”.
Por ese motivo “le dio en su impotencia una patada al coche. De la misma manera que la mujer pidió al empresario que no pusiera la denuncia”.
El comandante explicó al juez que “se le ha abierto un expediente disciplinario y que le iban a proponer para una condecoración, pero que se lo han archivado al existir un expediente”.
Además, aseguró que “no sabía que el coche al que dio la patada era la del empresario. Cree recordar que la pata se la dio con la planta del pie y que fue después de la pelea”.
En su declaración, el comandante negó que hubiera agredido al empresario por la espalda cuando trataba de introducirse en su vehículo.
En cuanto a los motivos por los que el empresario pudo haberle intentado atacar, Rafael López cree que el puñetazo que supuestamente le propinó en el labio fue porque al decirle “¿qué haces?” éste “se pudo asustar y reaccionó de esa manera”.

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