No sé dónde colocar esto. He dudado sobre colocarlo en el apartado de Policías Locales o hacerlo aquí. Al final me inclino por este apartado porque también encaja en eso que llamamos “ Cosas Curiosas”.
El protagonista es un servidor de ustedes estando ubicado en el estacionamiento exterior de un gran centro comercial madrileño. Mientras la reina de la casa pasa el rato entreteniéndose para comprar un par de artículos, un servidor se niega a entrar y marearse, y permanece en el aparcamiento entretenido con las idas y venidas del personal, y sobre todo del personal femenino.
En estas estamos, cuando observo una tarjeta de crédito tirada en el suelo en una plaza de aparcamiento vacía. La recojo y puedo comprobar que, por su aspecto, está perfectamente vigente ( no está sucia ni pisada) y en la que se puede leer claramente el nombre del propietario. Miro alrededor y no observo a nadie que me haga sospechar que anda buscado nada por las inmediaciones, pero….. en esos momentos veo parados en un semáforo inmediato al aparcamiento a una patrulla de la Policía Municipal madrileña montados en sendas motos de esas que tienen dos ruedas en la parte delantera. Me dirijo a ellos y les hago señas para que esperen. Una vez junto a ellos les explico lo ocurrido y hago intención de darles la tarjeta. Sorprendido, observo como la rechazan y me dicen que eso no entra en sus atribuciones; que soy yo quien tengo que dirigirme a una Comisaría de Policía Nacional y entregarla allí. Trato de argumentar que el simple hecho de estacionar mi vehículo para acceder a la Comisaría más cercana puede suponer toda una pesadilla, además de que , a estas alturas de adelantos informáticos y con las bases de datos que la PL maneja, no debe ser muy difícil ni complicado localizar el domicilio de quien aparece con su nombre y apellidos en la tarjeta y así, con una simple llamada, aliviar el enorme disgusto y preocupación del propietario. No señor; con un “lo siento caballero, le repito que esas cosas no entran en nuestras obligaciones”… arrancan… me dejan patidifuso … y con la tarjeta en la mano.
Al principio no doy crédito a lo ocurrido y luego, lo tengo que confesar, me viene a la cabeza las protestas y reivindicaciones que últimamente están protagonizando los componentes de este cuerpo de Policía Municipal y pienso que son una panda de vagos. Luego recapacito y me arrepiento. Seguramente he ido a dar con alguno de los representantes del rebaño de “ovejas negras” que existen en todos los colectivos.
Al final opto por localizar en las inmediaciones una oficina que corresponda a la entidad bancaria a la que corresponde la tarjeta y echarla en el buzón de la oficina. Lo malo es que hasta el día siguiente, o hasta cuando revisen el buzón y llamen al propietario, este vivirá con una preocupación enorme.
Regreso a casa y no dejo de dar vueltas en la cabeza a los hechos. Ya sé lo que me espera si algún día le ocurre a un servidor algo semejante. Ya sé que los agentes de la autoridad municipal, los de mi pueblo, los que pago yo con mis impuestos, en los que debo confiar, de los que siempre espero ayuda en casos difíciles, no siempre son lo que deben ser ni se comportan como esperamos que deben comportarse. Creo que solucionar rápidamente un caso como este, además de ser sencillo ( Centro comercial de barrio, y por lo tanto ciudadano de las inmediaciones) es más importante que sancionar a un vehículo mal estacionado….claro que un servidor pudiera o pudiese estar equivocado y los “pastores sociales” consideren las cosas de distinta manera o prioridades y las directrices de acción para la PL sea distinta a la que un pobre vecino y contribuyente pueda considerar.
Sinceramente cada día me gusta menos la sociedad en la que me ha tocado vivir y cada vez juzgo a mis semejantes de forma más crítica. Pensaba que los profesionales de la seguridad ciudadana estaban varios puntos por encima de tantas miserias y tanto pasotismo; pero estoy perdiendo mi fe a pasos agigantados.
PD. Me gustaría que alguno de vosotros ustedes, opinen sobre el caso. Quizás sea yo el equivocado y deba “reciclarse” socialmente…..o terminar apostando a ir entrenando con “la bizca”.
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