Seguro que si pregunto a vuelapluma el nombre de alguien famoso que salvó del holocausto a un gran número de judíos, inmediatamente se alzarían los dedos y todos dirían que un tal Schindler que organizó una lista o algo parecido y al que han hecho famoso a través de una peli; y es cierto. Ese señor existió, y con algunos matices poco importantes respecto a lo que nos cuentan, salvó la vida a muchos judíos. Pero si decimos que hubo un español, representante del régimen de Franco que salvó a bastantes más personas que el famoso y su más famosa lista, seguro que más de uno se quedaría con la boca abierta, o simplemente pensaría que como iba a ser posible que un mamarracho fascista al servicio de Franco hizo tal cosa. Pues sí, lo hubo, y además le hecho más narices que atributos tiene el caballo de D. Baldomero Espartero.
Ese señor se llamaba D. Ángel Sanz Briz, y era un diplomático de Franco en el Budapest de la II guerra mundial.
Nuestro protagonista nació en la bendita Zaragoza en septiembre de 1910, y muy posiblemente la cabezonería y la nobleza aragonesa tuvo mucho que ver en lo que hizo y sobre todo en la manera de hacerlo.
Cuando las cosas empezaron a torcerse seriamente para los alemanes y para su régimen nacional-socialista comenzaron a deportar judíos de Hungría del mismo modo que conocemos en otras naciones , con la salvedad de que actuaban en un país aliado y no ocupado por las armas. Al mando de estas deportaciones estaba un tipo tan peligroso como Adolf Eichmann , así que con semejante “mihura” tuvo que lidiar nuestro protagonista.
D. Angel comenzó por proteger a algunos judíos que trabajaban en la legación española, pero en realidad desconocía lo que estaba pasando con el resto de judíos de la Europa ocupada por los alemanes. Poco a poco, los problemas con “su gente” y las informaciones que el obispo de Budapest ( ¡coño! Un obispo caloticarra) le iba dando junto a los representantes de otros países neutrales, le fue abriendo los ojos. Él poco podía hacer. Era el representante de un gobierno neutral pero aliado o , como mínimo, simpatizante de la Alemania nazi; así que como se suele decir estaba con las manos atadas. Un paso en falso y las cosas podrían complicarse ( aunque la División Azul ya no estaba en el frente ruso). Pero la evidencia de los acontecimientos y de la barbarie de que es capaz el ser humano debió incidir en su carácter baturro y cristiano decidiéndole a actuar haciendo equilibrios en el fino alambre de las relaciones diplomáticas y con gran riesgo de caer…y si alguien caía en la Europa de aquella época era para ya no levantarse nunca más.
Como tío inteligente que era, recordó que había una etnia de judíos de origen hispano a los que la historia denominaba sefardíes, y que otro de los que ahora sale de malo de las películas, el general Primo de Rivera, había promulgado una ley en el que les reconocía la nacionalidad española. Así que se lio la manta a la cabeza e hizo correr la voz de que todos los judíos sefardíes podían acogerse a la protección de España. Pocos debían de haber en Budapest y D. Angel intentaba librar de las garras nazis al mayor número posible de aquellos desgraciados; así que por la patilla se inventó que la protección era extensiva a los familiares de los sefardíes, consiguiendo de esta manera cuadruplicar el número.
Muchos fueron los problemas que tuvo que superar a base de echarle pelotas y cabezonería para ir restando víctimas a los hornos. Llegó el momento en que se presentaba en las estaciones ferroviarias ( con los judíos ya cargados como borregos) con un camión y la bandera de España. Una lista (como la del otro) con cuatro o cinco, pero que después se multiplicaba a base de ir cogiendo aleatoriamente al primero que se le ocurría y diciendo que era español; vamos que los cogía y les debía decir: Tu eres español y punto pelota….venga….al camión sin decir ni mu; y si te preguntan dices que el Madrid es el mejor equipo del mundo y Manolete el mejor torero. ( esto es invención mía).
No se sabe a ciencia cierta si el gobierno de Franco estaba al corriente de esto. Según parece y así lo demuestran documentos posteriormente aparecidos, Franco estaba al corriente de lo que hacía en Budapest su representante diplomático, pero sin apoyarlo explícitamente tampoco puso ninguna pega a lo que el ”Ángel de Budapest” hacía. Simplemente se limitó a sacarle de la legación cuando los hijos de Stalin estaban a las puertas de la ciudad.
Este señor nunca dijo ni pio de lo que había hecho. Murió como embajador en el Vaticano el 11 de junio del 1980 siendo nombrado posteriormente como “Justo entre las naciones” y se asegura que se eleva a más de 5000 personas las que salvó de los campos de exterminio.
Podéis ampliar mucho más el conocimiento sobre este señor a poco que os mováis, y seguramente será más productivo e interesante que saber las últimas hazañas de la señora Pantoja y su circo mediático. Por lo menos así lo creo yo.
Ya veis que curioso. En España se conoce más y mejor a los héroes de otras nacionalidades que a los de casa. Es como cuando preguntaron a aquellos alumnos quien era Eloy Gonzalo y respondieron que debería ser un delantero centro del Betis. Luego les preguntaron si sabían algo de un tal William Wallace ( creo que se escribe así) y todos daban pelos y señales.

Que curiosa es nuestra España ( continuo concediendo estatus de autonomía en la estulticia o en la sapiencia a vascos y catalanes)

PD. En esta historia falta un colaborador de D. Ángel. El italiano Giorgio Parlasca ( D. Jorge), que como era italiano le echó cuento al asunto y continuó con la obra de D. Ángel haciéndose pasar por el sucesor del diplomático español. ¡Qué gente tan cojonuda!

PD nº 2. Eloy Gonzalo es el llamado “héroe de Cascorro”. El de la lata de gasolina.