He visualizado las fotografías que periódicamente aparecen en ese rincón del foro que llamamos “Fotos del Cuerpo” y nuestra faraona ha sacado a colación una isla muy pequeña, ubicada frente a las levantinas costas de Santa Pola y que, por circunstancias turísticas, es conocida por muchos españolitos de tierra adentro como lo es un servidor. Me estoy refiriendo a la Isla de Tabarca.
La explicación de las imágenes está relacionada con el importante evento de llevar la civilización a ese trocito de tierra y a sus sufridos habitantes; pero de forma inmediata me ha venido a la memoria unos hechos luctuosos ocurridos en la isla desconocidos por la inmensa mayoría y que, en realidad no hace tanto tiempo que ocurrieron.
Tenemos que situarnos en la, como siempre, cainita España de la primera Guerra Carlista. Hacía pocos días que el general Cabrera había derrotado a las tropas realistas en la famosa acción de Maella. Esta victoria del “Tigre del Maestrazgo” tiene, según la historia, tintes de misterio y brujería. Es una historia curiosa y larga de contar, pero solo apunto que el nombre de Maella es una derivación de “La Mano de Ella”. Una leyenda árabe, con una cristiana bonita, un gerifalte moro y un enamorado cristiano preso la conforma. Luego, una bruja de la zona, el caudillo carlista, y la búsqueda del ejército realista conforman el resto y desembocan en los hechos ocurridos en la isla de Tabarca.
Pues como iba contando, cabrera derrota a los realistas en la acción de Maella y trata a los prisioneros con dureza y crueldad. En una guerra entre hermanos en que las cortes europeas tuvieron que intervenir para mitigar, en parte, las salvajadas que unos y otros cometían habitualmente, no era de extrañar la reacción de los seguidores de la reina. Mandaron fusilar a la madre de Cabrera ( “…las madres son las que lloran, que las novias no lo sienten. Se van con otros zagales, se ríen y se divierten”) y desataron por toda España un río de sangre ajusticiando a militares prisioneros y civiles sospechosos de ser adictos a la causa legitimista.
En Tabarca había 19 prisioneros, la mayoría sargentos carlistas, que esperaban ser canjeados por otros prisioneros del bando contrario. Estos prisioneros carlistas estaban encerrados en la llamada Torre de San José. Esta torre todavía existe y se levanta aislada en el centro de la pequeña isla. Sirvió durante mucho tiempo como casa Cuartel de la GC, y ahora se vende al mejor postor.
Pues bien. Llegado el momento de la venganza, e gobernador de Alicante ( creo) mandó un destacamento de milicianos con la orden ineludible de fusilar a los prisioneros . Tan perentoria era la orden que no se permitió administrar los últimos sacramentos a los prisioneros. Sin previo aviso se les sacó de la torre, y en una hondonada junto al mar se les pasó por las armas.
No se sabe dónde fueron enterrados, ni nadie se ha ocupado nunca de buscarlos. Sí se conocen los nombres y apellidos de aquellos infelices, y así aparece en una placa cerámica que algún grupo carlista ha colocado piadosamente.
Del conocimiento de aquel suceso es mejor ni hablar. Yo estuve haciendo alguna actividad deportiva en la isla ya hace algún tiempo. Como siempre me ha llamado la atención la historia de aquellos lugares que visito ( para comprenderlos mejor) pregunté y hablé con distintos paisanos, y ninguno sabía nada de aquellos hechos. Simplemente se habían borrado de la memoria histórica. Para nosotros nunca existieron. Pero ellos están enterrados allí…en algún rincón de la isla.
Espero que ahora, si alguno visita la isla y se deja llevar por la paz y sosiego que e sentirse rodeado del mar, se acerque hasta el torreón y recuerde a aquellos compatriotas y recapaciten sobre las consecuencias que derivan las estupideces políticas.
Recordad….”las madres son las que lloran”.
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