Pues no era nadie D. Luis.
Yo no entiendo de futbol nada; salvo que van en calzoncillos largos, la mayoría parecen mahoríes pintarrajeados con eso de los tatuajes, y que dan patadas a un pelotón con cierto arte; pero a D. Luis lo conocí en su ambiente; y cuando digo su ambiente hablo en su entorno familiar y de amigos en su por entonces pueblo de Hortaleza.
Su familia viene de lejos en ese hoy barrio de Madrid. Su casa era de las humildes ( todavía queda alguna) y cuando iba por su pueblo invitaba a todos a un chato de garnacho en La Taurina ( hoy ya no existe…mecachis). Por aquel entonces, cuando yo lo conocí, el era un afamado jugador del “Aleti”; aunque ya en su última etapa atletista. Yo en realidad era amigo de un sobrino suyo con el que hacía COU en el vecino Instituto de Canillas; y sinceramente tío y sobrino eran igual de brutos, y a la vez de buenas personas. Feotes, desgarbados, ciertamente con unos pies enormes, y de trato fácil y con muy buen humor. Le gustaba mucho la juerga y el compadreo con sus amigos; aunque tenía un pronto muy subido cuando le llevaban la contraria; y sobre todo hablando de futbol. Todo era secundario salvo los asuntos de la pelota. Evidentemente yo no entendía ni papa y me quedaba con la boca abierta mirando a aquél tío tan grandote que era famoso y futbolista…casi na. También le recuerdo con otro jugador del “Aleti”; un tal Adelardo que fardaba mucho con un MG Triump descapotable ( creo que se escribe así o parecido).
En fin, qué tienes razón. No sé si el entrenador de ahora será mejor o peor que D. Luis; pero te puedo asegurar que el de Hortaleza tenía unos cojones cuadrados y si te miraba fijamente te dejaba paralizado.
Una lástima que nos haya dejado.
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