Yo cuando fui destinado a Avilés, primer destino, en el barrio de Villalegre fue lo primero que he comprado una navaja pequeña que no se doblara para atrás y que cortara bien, me fue necesaria muchas veces durante el servicio; y hoy en día todavía la llevo en el bolsillo siempre, al igual que el teléfono; se me ha gastado ya mas de un centímetro la hoja pero sigue y le tengo mucho cariño por eso la cuido y no la pierdo.