Si Occidente cree de veras en el cristianismo, deberá comportarse más cristianamente y hacer una política más cristiana. Si no tenemos dudas de que nuestro posicionamiento moral es mejor (y es mejor, sin duda alguna) será la aplicación de esta moralidad la mejor propaganda para que los inmigrantes con otras creencias abracen un estado social más humano, libre, generoso y justo.Hispania es un crisol donde sus descendientes actuales provenimos de adoradores de dioses locales, dioses fenicios, dioses griegos, etc. La religiosidad concreta no es un determinante que se hereda con dominancia genética, y no tenemos por tanto que tener miedo a la fe que profesen los inmigrantes que vengan.Hagamos auténticas políticas basadas en los derechos humanos, y lo demás se nos dará por añadidura.Ese es el sentido de la anterior entrada. Hagamos también nosotros nuestro examen de conciencia.
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