Me lo suponía. Y la verdad es que pasa poco más o menos en todos los sitios.
Hay una cosa que es inversamente proporcional a la edad. Cuanto más joven es un conductor, menos experiencia tiene, y juventud , poca experiencia, y volante, es una mezcla peligrosa.
Yo conocí a un viejo maestro, que cuando tenía que dar el visto bueno como conductores a chavales que ya poseían el permiso correspondiente, los metía en un Land Rover que se caía a trozos. Aquél trasto necesitaba una fina intuición y gran habilidad para conducirlo sin que protestase o se parase. Al que superaba esta prueba, lo metía con el cacharro en una especie de circuito en el campo, donde indefectiblemente siempre se quedaban enfangados en un campo arado. Enfangar al coche no importaba; lo que importaba es como se las ingeniaba el conductor para sacarlo de allí. Nunca tuvo el menor problema con sus “admitidos”.
Pero lo más interesante para el tema, era la advertencia que les hacía firmar, de que eran los responsables de cualquier problema que surgiese en la conducción en condiciones de emergencias. Eran otros tiempos y había otra mentalidad. “Si me fallas y llegas tarde a la emergencia por mal conductor….te eslomo; pero si metes la pata y no llegas …te afusilo” Evidentemente nunca “afusiló” a nadie, pero le acompañó la suerte y ninguno de los suyos tuvo ningún tipo de accidente.
Para finalizar, opino que antes de mandar a una persona a toda leche para atender cualquier emergencia, hay que enseñar a esa persona a saber dominar la conducción en esas circunstancias. Luego, los imprevistos y los fallos humanos que puedan sobrevenir, ya es otro tema.
Qué vuecencia tenga una buena tarde. Yo me largo; qué esta tarde pringo.
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