Pequeños fans de grandes agentes



Los escolares del Quirinal aplauden una exhibición de medios de la Guardia Civil con perros, laboratorio y coches patrulla en el patio del colegio
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«De mayor quiero ser agente de la guardia civil». Jairo García Aparicio tiene ocho años, estudia Primaria en el colegio del Quirinal y ayer decidió que ya sabe a qué quiere dedicarse cuando tenga edad para trabajar. Contribuyó a aclarar sus dudas una exhibición de la Guardia Civil en el patio del colegio avilesino en el que cursa sus estudios. De todo el trabajo que mostraron los agentes de la Benemérita, al pequeño le llamó la atención el laboratorio del equipo territorial de Policía Judicial de la compañía de Avilés. «Es como el CSI», resolvió el niño. «Encuentran huellas y resuelven pistas para atrapar a los malos», explicó. Ante las resueltas declaraciones del pequeño un agente de la Guardia Civil esbozó una sonrisa y bromeó: «enseguida se les pasa...».

La visita de la Guardia Civil al colegio es una de las actividades de la XV Semana cultural del colegio que dirige Julia Fernández Peña. «Llevamos un año organizándolo para que vinieran a visitarnos. Los niños están encantados», explicó la directora sobre la actividad. La Guardia Civil realiza este tipo de actos en el marco del Plan director para la convivencia y mejora de la seguridad escolar. Así, ayer en Avilés las unidades policiales llevaron a cabo una demostración de medios en la que intervinieron el equipo territorial de Policía Judicial de Avilés, la patrulla del SEPRONA de Avilés, la unidad de Seguridad Ciudadana de Aviles, la unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Gijón, y los servicios cinológicos de zona y de la Comandancia de Gijón. Al frente de las unidades se situó el capitán de la Guardia Civil de Avilés, Manuel Pérez Santiago: «Os traemos una exhibición de cinco especialidades», detalló el hombre. «Somos como los de las series de televisión, pero mejores. Detenemos a los malos, así que ya sabéis, hay que portarse bien», dijo el capitán de la Guardia Civil de Avilés a los escolares de El Quirinal.


Los niños se lo pasaron en grande y realizaron un sinfín de preguntas sobre las herramientas que la Benemérita utiliza a diario en su trabajo. Acariciaron a los perros de la unidad canina, se subieron en los coches patrulla, pusieron en marcha sus sirenas, y se ataviaron con todo lo que los agentes pusieron a su alcance: escudos, mascarillas, cascos... Sólo faltó el tricornio de gala.


A Gonzalo Alonso Fernández, de 9 años, lo que más le llamó la atenció fue subirse al coche patrulla y a la pequeña María Álvarez, de cuatro años, uno de los perros de la unidad canina. «A mí me lamió, porque no soy mala», explicó la pequeña.


La exhibición canina fue uno de los platos fuertes de la demostración de la Guardia Civil ayer en el patio del colegio del Quirinal, aunque también cosechó muchos fans -además del niño que confesó que de mayor quiere ser guardia civil- la unidad de Policía Judicial con su revelador de huellas. El agente buscaba voluntarios que dejasen sus huellas en un cenicero recogido en la escena de un crimen. Con un pincel y unos polvos «mágicos» las huellas salían a la luz. «¡Hala!», «¡chachi!» y «¡guay!» fueron las respuestas de los pequeños.

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