A pesar de que luego ponemos el grito en el cielo, criticamos, e incluso incitamos a “reventar” todo esto, una de las demandas más importantes para normalizar esta democracia parece que ahora no interesa.
Pero lo peor el argumento: es que no es el momento. Es decir, es positivo, pero ahora, tan cerca de jugarse el poder en los ayuntamientos y sin margen de maniobras, no interesa. Seguro que si se propone después de ver los resultados a algunos de los que ahora dicen que nones, pierden el culo por el cambio.
Algunos, también argumentan que dos agrupaciones minoritarias, juntándolas, suman más “intenciones” que una sola mayoritaria; pero es pura demagogia; ya que esos mismos no alcanzan a pensar qué los votos se han producido en función de los programas individuales de los que posteriormente quieren aliarse. ¿Hubiera sido el voto igual si se conoce de antemano las alianzas?
Quizás, la mejor solución serían esas segundas vueltas; pero sea como fuese, algo hay que hacer en ese sentido para que los votos de las personas tengan verdadero poder democrático.
De todas formas un grano no hace granero…pero ayuda al compañero.
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