Estoy totalmente de acuerdo con el señor Exceptio y el señor Asturiacenturix.
Las máquinas actuales que usa la GC para sus servicios son suficientemente buenas y operativas, y efectivamente, un helicóptero o un avión cuando vuelan lo hacen con la suficiente garantía para sus tripulantes y viajeros si los hubiese .
Aquí hay que tener en cuenta el tipo de actividad que se realice. No es lo mismo un rescate en alta montaña ( altitud, % de óxigeno, corrientes de aire, ventiscas, temperatura, cercanía de la pared, etc) a hacerlo en cotas inferiores y en días de sol y moscas, o a realizar un seguimiento a poca altura sobre la superficie del mar, o más simplemente, volar sobre una ciudad. Son vuelos y circunstancias distintas para las que sería ideal el poseer la máquina más adecuada para cada misión ( ya no hablo de misiones militares; ese es otro tema). Pero esto cuesta muchísimo dinero y solo las grandes potencias económicas pueden permitirse ese lujo( y aun así siempre encuentran problemas específicos). Aquí no nos queda más remedio que tener una máquina que sirva de comodín, y esa máquina ya la tenemos ( sin descartar nunca el mejorarla).
Hace años se intentó realizar rescates, tanto de cadáveres, como de alpinistas atrapados en una pared y en pleno invierno. Se trató de utilizar los potentes y pesados Huey americanos, pero demostraron su ineficacia en alta montaña. Al final, el pequeño helicóptero de tráfico con motor de pistón, con un alpinista ( Pasquín) atado al fuselaje y de pie sobre los patines fue capaz de realizar los rescates. De esto se sacó como conclusión, que para este tipo de actividades se necesitaba una máquina más pequeña y que funcionase perfectamente en alta montaña y con suficiente potencia, con visibilidad para el cálculo directo del piloto, protocolos de actuación, asimilación de la experiencia de los equipos alpinos, y personal específicamente preparado para desarrollar su actividad en estas circunstancias. El aparato fue el inolvidable Aluette III y los presuntos especialistas pasaron a ser los chicos para todo del SAR español.
Hoy día hay distintos servicios de rescate en montaña y en el mar en función de los caprichos políticos; y cuando no hay o no están disponibles, pues se tira de la GC o de los militares ( que vuelan sí o sí y padecen la misma problemática de tener un modelo de aparato para todo).
¿Cómo se puede arreglar esto? Particularmente soy de los que piensa que debería unificarse el servicio en toda España con personal altamente cualificado, y con los equipos mixtos ( aéreo, terrestre, sanitario) necesarios para dar una cobertura eficiente en todo el territorio nacional y sin las cortapisas habituales de jurisdicciones y chorradas semejantes.
¿Cuál sería el organismo ideal para estos menesteres? Pues también a modo personal y sin descartar otras alternativas, apuesto por los servicios de bomberos especialistas. Mientras, los militares a lo suyo, y los guardias también a lo suyo ( que trabajo no les falta)
En La Comunidad de Madrid ya existe un servicio de rescate en montaña gestionado por los Bomberos de la Comunidad, y sus resultados han sido más que satisfactorios.
¿Accidentes? Los accidentes son inevitables cuando la actividad es de riesgo, y el salvamento en montaña lo es y mucho. Está comprobado por las comisiones de investigación de accidentes aéreos, que en el 90% de los casos son fallos humanos; y si apuramos, cuando hay un fallo técnico también es achacable al ser humano encargado de controlar los aparatos técnicamente. Pero eso es inevitable. Somos seres imperfectos, no somos máquinas programadas, y todos nos equivocamos.
Para terminar no puedo dejar de criticar a uno de los intervinientes en el hilo que basa sus apreciaciones profesionales en la “belleza” ( niños guapos los califica el gachó) de los GC del servicio aéreo. Es muy sintomático leer cosas semejantes.
Muchacho, ya sabes. Si te consideras “feo” y “guapos” a tus compañeros de las tripulaciones, la solución la tienes en los libros y en el esfuerzo personal; claro que escribiendo como lo haces dudo que el intelecto te lo permita.
Ya solo queda rendir homenaje y el mayor respeto a los caídos en el cumplimiento de su misión.
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