No es de ahora. Desde que se abrió la barra libre de la inmigración ya algunos levantamos la voz tratando de hacer reflexionar a nuestros compatriotas del peligro que eso suponía si no se realizaba con sentido común y con un alto grado de control. Como siempre, y más en este solar que todavía denominamos España, se nos trató con toda clase de lindezas. Éramos retrógrados, racistas, xenófobos ( palabras muy bien aprendidas por la gente aunque se siga sin saber escribir ni hablar en español por más del 60%)
Ahora van aflorando las consecuencias; aunque muy difuminadas en la memoria colectiva por el tamiz que pone el tiempo y la pésima memoria de la que hacemos gala. Incluso hay a estas alturas quien sigue defendiendo a capa y espada aquel desastre socio- político ( antes muertos que aceptar lo evidente)
También se denunció por entonces, la manipulación que determinados grupos políticos podrían hacer del voto inmigrante. Ahora surge a la luz el primer intento; pero no será el último. Todo dependerá de las necesidades políticas para obtener poder.
Lo malo de todo esto, es que las consecuencias son para todos. Para aquellos que lo apoyaron, lo apoyan y lo apoyarán aunque se les caiga el cielo en la cabeza, y para los que estábamos totalmente en contra.
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