Perdón por romper la línea de expresión que se está desarrollando con una muy buena educación

Señor -perdón por lo de señor- váyase al puerto de donde nunca debió salir.

Ocupa un cargo cuya responsabilidad va más allá de unas felicitaciones. Si yo tuviera que invitarle a la celebración de nuestra Patrona debería sentarse en un buen sillón.

Bueno seguro que lo tiene. Y un buen coche oficial. Un buen despacho. Servidores para servirle a la vez que le hacen la pelota. Un buen sueldo. . . . y sobre todo un futuro al que sus subordinados en un 99% no llegarán aunque naciesen millones de veces.

Por mi parte se puede ir usted y sus felicitaciones a . . .