La disponibilidad es su seña de identidad. Aunque desconozcan cómo resolver la misión que se les encarga. Siempre habrá un oficial con un par de guardias que comiencen a darle vueltas en un despachito, sin medios, y terminen por sacarlo adelante. “Pueden discutir con el mando político, poner pegas, pero terminan haciendo lo que les pides; en eso son diferentes al Cuerpo Nacional de Policía, que discute menos, pero hace lo que le da la gana. Estos son disciplinados; tienen naturaleza militar y, es cierto, un plus de espíritu de sacrificio y disponibilidad que le viene muy bien al Gobierno. Un militar no tiene jornada laboral; tiene que estar dispuesto a todo. A un guardia le dices que se esté ocho horas sin moverse de un sitio y no se mueve”, explica un antiguo responsable del Cuerpo. “Y le haces eso a un policía y llama a su sindicato. Y es lógico,
porque tienen derechos de los que carecen los guardias”. Según un alto mando de la Guardia Civil, el Gobierno tiene un motivo esencial para no desmilitarizar el Cuerpo y fusionarlo con la policía: “Una sola fuerza policial de 150.000 miembros y con un sindicato potente sería ingobernable; podría derribar un Gobierno con una huelga. En la Guardia Civil no puede haber contrapesos al mando; no puede haber comisarios políticos”.
Marcadores