Sin embargo, el miedo no sólo lo generan situaciones reales, sino también pensamientos. Esto es, «cuando le damos muchas vueltas a un asunto o le damos demasiada importancia el miedo aparece, aunque no haya una situación concreta que lo desencadene», afirma a Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española del Estudio para la Ansiedad y el Estrés y catedrático de Psicología de la Universidad Complutense.
Por ello, debemos de valorar nuestra situación: «¿Hemos estado realmente en contacto con personas que hayan tenido la enfermedad o que hayan estado cerca de esas situaciones?». Éstas son las preguntas que nos debemos hacer, según esta especialista. Si las respuestas son negativas, no tenemos por qué pensar que el virus está circulando por Madrid, cuando no hay evidencias de que sea así. «No debemos anticiparnos a lo negativo»,
"El miedo surge del desconocimiento", y por eso es preciso seguir una estrategia informativa adecuada, subrayó. Entre sus recomendaciones, la OMS aconseja informar de forma "veraz, suficiente y continuada", es decir, que "un portavoz ofrezca los datos según se disponga de ellos, sin que se tenga que ir a preguntar continuamente. Es la mejor manera de evitar bulos y rumores", aseguró.
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