Una vez más queda demostrado de forma aplastante que la consecución de derechos laborales en esta empresa, absolutamente sumida en el s. XIX, se debe a los estacazos judiciales que encaja la casta milika, no a su bondad a la hora de velar por las condiciones laborales de sus trabajadores.. No sé cuantas de éstas hacen falta para que las Asociaciones abandonen la farsa del Consejo y declaren conflicto colectivo, uniéndose para denunciar judicialmente las precarias condiciones laborales que se sufren...