El hombre es mucho más de lo que podemos saber o imaginar. Es un astro rey sobre el que giran y giran desde tiempos infinitos multitud de planetas a su alrededor, unos grandes y conocidos, otros pasan por la vida no dejando más recuerdo sobre su pasado que el que deja sobre la piel una suave brisa un día caluroso. Nos debemos a nuestros ancestros que se remontan en la historia del hombre en ese largo túnel aun por descubrir, sin ellos no estaríamos ahora aquí sentados escribiendo con un antiguo teclado de color negro mandando el resultado a otras centenares de personas en unas décimas de segundo sin esfuerzo alguno y solo pulsando unas teclas. Nos debemos como el sol que nos da la vida a nuestros hijos fieles garantes de nuestra continuidad en esta Tierra a pesar que pasen millones de años y de nosotros como pequeños planteas ya desaparecidos, nadie se acuerde.
Es cerca de mediodía y estamos en esa rotonda realizando las pruebas de gasoil a un camión. El calor que emana del sol, atraviesa el asfalto haciendo desprender un fuerte y penetrante olor a alquitrán. Acabamos de echar el reactivo a la probeta donde previamente hemos depositado una pequeña cantidad de combustible extraído del depósito del vehículo y esperando a ver el resultado, nos quedamos mirando el viejo todo terreno Land Rover que se acerca por el camino paralelo a la carretera y que termina su recorrido en la misma rotonda en la que nos encontramos.
Al mismo tiempo que se nos da el resultado de la prueba del gasoil, el todo terreno para en seco, da marcha atrás rápidamente y vuelve a circular deprisa en sentido contrario al que traía en un principio.
El camino es una vía secundaria cuyos extremos terminan siempre en la misma carretera, distantes sus puntos entre si por unos dos kilómetros más o menos, un camino un tanto peligroso si se circula a gran velocidad y se frena bruscamente debido a esa gravilla blanca que queda sin compactar y que hace el mismo efecto que el hielo en la calzada caso de frenada brusca.
Damos las gracias al camionero por u colaboración a la vez que le pedimos perdón por las molestias ocasionadas, e iniciamos esa tarea de seguimiento del vehículo que en cuanto nos ha visto inicia retirada como alma que lleva el diablo. Solo nos queda seguir la inmensa polvareda que como el humo procedente de un enorme fuego va dejando tras si en la huida.
En pocos minutos vemos que dejando el camino y atravesando la carretera, el conductor inicia marcha por el camino que da nombre a un castillo distante de allí unos kilómetros, no muchos, pero si los suficientes para que su magnifica presencia en lo alto de ese pequeño cerro donde se alza fiel guardián de otros tiempos de guerras, nos deleite la vista y los recuerdos históricos que aquellas tierras manchegas tocaron vivir desde antes de los tiempos de la Roma Imperial hasta la llegada de ese destacamento de la Guardia Civil en tiempos del maquis.
El compañero y yo sabemos que quizás por equivocación el conductor del Land Rover se ha metido en un camino mucho peor que el que ha dejado. Todavía están las hendiduras en el mismo que los tractores dejaron el invierno pasado consecuencia de las lluvias y, el vehículo se para conforme le vamos ganando en esa loca carrera.
Han pasado los años pero la memoria todavía fresca me conserva la imagen de un varón que se baja, nos da los buenos días de forma temblorosa y hasta nerviosa. Su edad no importa. Lo que me importó o mejor dicho nos importó al compañero y a mi fue la imagen de ese niño de no más de ocho o nueve años que también baja del vehículo por el lado contrario al del conductor. Pequeño de estatura y edad. Menudo como el arrullo de una paloma en el amanecer. Pelo oscuro y rizado y sobre todo, una mirada de miedo que se percibe al instante ¿ que le habrá dicho su padre en ese viaje estúpido y sin duda alguna peligroso? y que se dirige de forma fehaciente a esos dos hombres vestidos de verde que se dirigen a su padre.
No puedo evitarlo y recrimino de la mejor manera posible la acción ejecutada por ese hombre que ha podido costar un disgusto a cualquiera de los presentes, pero sobre todo a ese niño que por momentos va cambiando el semblante de su pequeño rostro, y nos pide perdón. Empezamos a confirmar nuestras sospechas en la que la que llevaba gasoil agrícola en el depósito no era la única . . . vehículo sin seguro y dado de baja ¿ algo más en esos momentos ? si. La mirada del niño que va de su padre a nosotros una y mil veces. Su miedo en la misma reflejada ya, en esos momentos en un largo y extenuado lloro mientras se abraza fuertemente a las piernas de su adorado padre y se esconde de nosotros.
Reconozco que soy débil a pesar de mi fortaleza en el servicio. Débil fue mi compañero que trataba de hacer mimos al niño para quitarle su llanto y su miedo a la situación. Débil fue su padre incapaz de lograr también ese fin, y ante esa situación, la afamada pareja, patrulla perteneciente al Glorioso Cuerpo de la Guardia Civil se retira unos metros para debatir sobre la situación creada. El viejo sol y el pequeño planeta que empieza la vida abrazado a sus piernas viviendo una experiencia un tanto desconocida para él. Son pocos años de vida. Yo diría que más o menos los que tiene mi propio planetilla que también le gusta abrazarse a mis piernas cuando llego de servicio ¿ veo a mi propio hijo en esos momentos? rotundamente si.
La deliberación salió con un resultado. Ganaron los corazones de todos los presentes. No tuvieron en cuenta las circunstancias habidas o dicho de otra manera, las infracciones que se habían cometido. Ganaron las lágrimas de aquel niño en el que vivirá el recuerdo de su padre en un futuro. Ganaron las promesas del padre. No volvió jamás a coger ese todo terreno. Jamás ha olvidado aquella mañana, os lo juro. Ese hijo ha crecido en altura y en años. Jamás ha olvidado aquel día y así me lo recuerda cada día que nos vemos dándome las gracias. Mi compañero de aquel día hoy es un gran oficial. Aquel compañero es para mi un hermano además de ser el padrino en la confirmación de mi hijo.
Es una pequeña historia en el universo del ser humano. De un guardia civil.
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