Burlarse de muertos, de disminuidos físicos, de personas de otra raza o complexión, forma parte de la libertad de expresión en tanto es una desviación de la misma.
Yo soy más de los que piensan, al igual que Sartre, que mi libertad termina dónde empieza la de los demás.
Si un ser humano se considera avanzado, lo que más debe practicar es la auto-censura, siendo consciente de que sus palabras, y más si solo se trata de hacer reir, pueden herir la sensibilidad de otros. Esto se llama empatía, convivencia y respeto.
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