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Resultados 91 al 100 de 225
  1. #91
    Buenas noches Bachiller, aunque no nos conocemos puedes verme en mi perfil y así formar una opinión personal de este que te escribe por el siguiente motivo:
    Estás realizando un trabajo en este FORO muy importante que es no olvidar a esos compañeros asesinados a traición por nacionalistas cobardes puesto que de ese nacionalismo se nutrió, se apoyó y se dió cobertura a una banda de cobardes que cara a cara jamás fueron capaces de enfrentarse a un guardia civil.
    Veo pocas respuestas a tus intervenciones y lo comprendo, hoy impera más en este foro los temas reivindicativos que otros tan importantes como el tuyo. Yo no contaré mi historia aquí y ahora, pero ten seguro que cada post que cuelgues tendrá un respuesta de este compañero.

  2. #92
    Cita Iniciado por manuel rodriguez lopez Ver mensaje
    Buenas noches Bachiller, aunque no nos conocemos puedes verme en mi perfil y así formar una opinión personal de este que te escribe por el siguiente motivo:
    Estás realizando un trabajo en este FORO muy importante que es no olvidar a esos compañeros asesinados a traición por nacionalistas cobardes puesto que de ese nacionalismo se nutrió, se apoyó y se dió cobertura a una banda de cobardes que cara a cara jamás fueron capaces de enfrentarse a un guardia civil.
    Veo pocas respuestas a tus intervenciones y lo comprendo, hoy impera más en este foro los temas reivindicativos que otros tan importantes como el tuyo. Yo no contaré mi historia aquí y ahora, pero ten seguro que cada post que cuelgues tendrá un respuesta de este compañero.
    Gracias compañero. De eso se trata, de no olvidar a nuestros compañeros caidos y heridos.
    :rura:-)

  3. #93
    Sobre las ocho de la mañana del 26 de julio de 1986, la banda terrorista ETA asesinaba en Arechavaleta (Guipúzcoa) al teniente de la Guardia Civil IGNACIO MATEU ISTÚRIZ y al agente ADRIÁN GONZÁLEZ REVILLA, mediante una bomba-trampa oculta entre la hierba en un campo próximo a la localidad guipuzcoana.

    Esa madrugada miembros de la banda habían lanzado dos granadas anticarro de carga hueca contra la casa-cuartel de la Guardia Civil en Arechavaleta, que no causaron ni daños personales ni materiales. La primera, lanzada a las 6:40 horas, quedó a una distancia de unos cincuenta metros del cuartel. Miembros de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) del Instituto Armado acudieron a la zona a inspeccionar los alrededores y poco después encontraron, a una distancia de doscientos metros, la segunda de las granadas. Cuando inspeccionaban una zona de campo próxima al cuartel, estalló la bomba-trampa que alcanzó de lleno al guardia primero Adrián González y al teniente Ignacio Mateu. El primero falleció en el acto, pues la bomba le destrozó la cabeza. El teniente Mateu fue trasladado urgentemente en ambulancia al Hospital Ortiz de Zárate de Vitoria, pero no llegó a tiempo, falleciendo durante el trayecto al centro sanitario.

    Horas antes de producirse estos atentados contra el cuartel de Arechavaleta, el cuartel de la Guardia Civil de Ordicia también fue objeto de otra acción terrorista que causó tres heridos leves que fueron atendidos en el mismo cuartel sin necesidad de que fuesen trasladados a ningún centro hospitalario. Una de las granadas penetró en un pabellón deshabitado que se encuentra en las proximidades del edificio, la segunda fue arrojada al patio del acuartelamiento, y las otras dos cayeron en un campo próximo.

    Adrián González Revilla había nacido en Cillamayor (Palencia) el 23 de noviembre de 1957, por lo que tenía 29 años cuando fue asesinado. Desde cinco años antes pertenecía a la Guardia Civil, cuatro de ellos en los GAR. Pertenecía, igual que su superior el teniente Mateu, al cuartel de los GAR de Logroño. Sus restos mortales fueron inhumados en Palencia.

    Ignacio Mateu Istúriz, de 27 años y natural de Madrid, estaba soltero. Ingresó en la Guardia Civil en 1981, y desde tres años antes servía en los Grupos Antiterroristas Rurales, encuadrado en la unidad de Logroño. El teniente Mateu era uno de los siete hijos del magistrado suplente del Tribunal Supremo y último presidente del Tribunal de Orden Público, José Francisco Mateu Cánoves, asesinado a tiros por ETA el 16 de noviembre de 1978. El padre, que estaba amenazado por la banda desde antes de ser asesinado, le aconsejó que se alistara en otro cuerpo de las Fuerzas Armadas cuando Ignacio le comunicó que quería incorporarse a la Guardia Civil, porque "con uno en la familia que esté amenazado ya es suficiente" (ABC, 27/07/1986). Por no contradecirle, ingresó en la Academia Militar de Zaragoza. Tras el asesinato del padre, solicitó una gracia especial al rey Juan Carlos, que le fue otorgada: pidió su traslado a la Guardia Civil y lo enviaron al País Vasco. El mismo día de su asesinato, el teniente Mateu había preparado todo para trasladarse a Madrid, donde tenía previsto realizar un curso de idiomas durante dos años, causando baja temporal en el País Vasco, pero al enterarse del ataque con granadas a los cuarteles de la Guardia Civil, Mateu aplazó el viaje. El diario ABC contó que, el mismo día del asesinato, la familia Mateu hizo pública una nota en la que pedía que no hubiera representación de autoridades públicas durante la celebración de las exequias, y que sobre el féretro se pusiera una bandera de España sin escudo, porque ninguno representaba "la concordia nacional".

    Su hermano Jaime habló recientemente a propósito de la lucha contra el terrorismo:

    La situación actual es muy mala. Lo que hay que hacer con los terroristas es ejercer presión policial y si en algún momento los etarras quisieran entablar algún tipo de diálogo, lo primero que tenían que hacer es ponerse en fila con todo su armamento. Y decir señores, aquí estamos y además venimos a pedir perdón a las víctimas. Yo personalmente no lo aceptaría. Yo ni perdono ni olvido, me debato entre mis firmes creencias religiosas, tendría que perdonar, pero no. Vivo sin odio y sin rencor, pero no perdono. Desearía que se planteara la cadena perpetua, porque hay supuestos asesinos, como el de mi padre, Henri Parot, que se deben pudrir en la cárcel porque estas personas son irrecuperables para la sociedad. Y rechazo todas las conversaciones que se han mantenido con los terroristas. Aquí tiene que haber unos ganadores y unos perdedores. Y entendemos que los perdedores tienen que ser los malos, los que asesinan. Por eso ahora mismo la situación es vergonzosa (El Norte de Castilla, 31/03/2011).
    :rura:-)

  4. #94
    Cita Iniciado por Campagnolo Ver mensaje
    No sé qué es más repugnante:
    La impunidad con la que muchos terroristas actuaron.
    El silencio cómplice de muchos.
    La salvaje indiscriminación de sus acciones.
    Su repugnante cobardía a la hora de cometer los atentados.

    Ni olvido ni perdono.
    Lo más repugnancia me da es de aquéllos que por conseguir un htética mejora laboral o, por algún motivo espurio, se alinea para ejercer de mamporrero, de aquéllos que justifican los crímenes de ETA.

  5. #95
    Cita Iniciado por aurrera Ver mensaje
    Lo más repugnancia me da es de aquéllos que por conseguir un htética mejora laboral o, por algún motivo espurio, se alinea para ejercer de mamporrero, de aquéllos que justifican los crímenes de ETA.
    Totalmente de acuerdo compañero, a mi no me entra en la cabeza

  6. #96
    Sin entrar a valorar si se debe o no negociar con bandas terroristas, puesto que eso corresponde al Gobierno de la Nación, en el legítimo ejercicio de su política criminal, hasta que yo sepa no ha sido para sacar un rédito electoral, sino para que dejasen de asesinar, que no es igual.

    Salvo aquellos políticos de extrema izquierda que, al parecer, negociaron con ETA m para que no asesinaran en su comumidad autónoma.
    Última edición por aurrera; 26/07/2015 a las 23:22 Razón: Ampliacion

  7. #97
    Bachiller, buenas noches: de nuevo quitándote tu tiempo libre nos traes a la memoria hechos por mi vividos, tristemente, es muy duro decirlo pero ETA, esa partida de corbardes, (porque no eran guerrilleros), contó para campear impunente con el beneplácito de mucha parte de la sociedad española en aquellos tiempos duros "algo habrá hecho", comentario de más de un vecino e incluso familiar, cuando asesinaban a un Guardia Civil. Podría extenderme más , pero resulta que mi intención es dar contestación a todos tus posts, para que sepas que, aquí un vejestorio de 66 años le tocaron vivir esos duros años y es más sabiendo que en tu mismo barrio, tu mismo edificio, ETA tenía sus simpatizantes. Fué muy duro, por eso yo no lo olvido y tampoco puedo perdonar, aunque ¿Han pedido perdón alguna vez?....

  8. #98
    A las 14:30 horas del 28 de julio de 1991 la banda terrorista ETA asesinaba en Guecho (Vizcaya) al guardia civil CARLOS PÉREZ DACOSTA y hería gravemente al agente Francisco Aguilera Granados, al explotar un coche-bomba al paso del vehículo particular, sin distintivos oficiales, ocupado por los dos miembros del Instituto Armado.

    El atentado se produjo en la confluencia de las calles Santa Ana y Amaya del barrio de Las Arenas, casi en el límite del núcleo urbano. Los terroristas aparcaron el coche-bomba, cargado con unos 20 kilos de explosivo y metralla, junto a una señal de stop donde el automóvil de los guardias civiles debía detenerse, y fue activado con un mando a distancia.La explosión pudo escucharse desde poblaciones próximas y alcanzó de lleno a Carlos Pérez Dacosta, que ocupaba el asiento junto al conductor. El otro guardia civil, Francisco Aguilera Granados, que conducía el vehículo, resultó gravemente herido. Fue trasladado al Hospital de la Seguridad Social de Cruces, en Baracaldo. Además resultaron heridos numerosos transeúntes, tres de los cuales también tuvieron que ser hospitalizados, y se produjeron cuantiosos daños materiales.

    El vehículo empleado por los terroristas para fabricar el coche-bomba era un taxi de color marrón, matrícula de Bilbao, robado por dos personas a punta de pistola tres horas antes en la localidad vizcaína de Amorebieta. El propietario fue rescatado en el monte San Miguel, donde había sido abandonado atado a un árbol.

    La banda terrorista había desencadenado una oleada de atentados contra los miembros de los cuerpos de seguridad y sus familiares en vísperas de la visita de los Reyes al País Vasco, prevista para los días 30 y 31 de julio de 1991. Dos días antes del atentado que le había costado la vida a Carlos Pérez Dacosta, ETA había intentado reproducir la matanza de la casa-cuartel de Vic del 29 de mayo de 1991, haciendo estallar un coche-bomba cargado con 60 kilos de amosal y metralla junto a la casa-cuartel de Irún (Guipúzcoa), donde residían un centenar de guardias civiles con sus familias. Cuatro agentes y doce familiares, entre ellos algunos niños, resultaron heridos por la potente explosión que se produjo de madrugada. Un día después, otro coche-bomba estallaba a las dos de la madrugada en el barrio de Amara de San Sebastián, al paso de un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía. La fortuna quiso que los agentes resultaran ilesos.

    Francisco Aguilera Granados, de 21 años, era natural de Córdoba y llevaba destinado en el País Vasco desde el 1 de noviembre de 1990. Resultó gravemente herido, pero consiguió recuperarse tras ser intervenido en el Hospital de la Seguridad Social de Cruces, en Baracaldo.

    Carlos Pérez Dacosta, de 22 años, era natural de San Vitero (Zamora). Estaba destinado en el País Vasco desde el 1 de junio de 1990. Al día siguiente se celebró el funeral por su alma en la Iglesia de San José de Bilbao. Un segundo funeral se celebró en su pueblo natal, donde fueron trasladados sus restos mortales para ser inhumados.
    :rura:-)

  9. #99
    En torno a las once menos cuarto de la noche del 28 de julio de 1979, miembros de la banda terrorista ETA ametrallaban desde un Peugeot 404 la casa cuartel de la Guardia Civil en el barrio donostiarra de Herrera, alcanzando a tres agentes. Dos de ellos, el brigada MOISÉS CORDERO LÓPEZ y el agente ANTONIO PASTOR MARTÍN fallecieron horas después, el 29 de julio de 1979, en la residencia Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián. Un tercer guardia civil, José Álvarez Hillos, resultó herido, pero logró salir adelante.

    El automóvil Peugeot 404 utilizado por los etarras para cometer el atentado fue encontrado al día siguiente en el barrio donostiarra de Alza en San Sebastián. En su interior aparecieron varios casquillos de fusil Cetme y del calibre 9 milímetros parabellum, marca FN. El vehículo presentaba varios impactos de bala en la parte izquierda del cristal trasero.El atentado fue reivindicado el 30 de julio por ETA militar, en el mismo comunicado en el que se atribuía el asesinato de los policías nacionales Emilio López de la Peña y Miguel Ángel Saro Pérez y el tiroteo a dos guardias civiles de Tráfico en Pamplona, que resultaron heridos. Ese fin de semana se produjeron otros atentados, sin víctimas mortales, en el País Vasco y Navarra. En Pamplona, dos policías resultaron conmocionados al intentar desactivar una bomba colocada en una de las ventanas de un antiguo cuartel deshabitado de la Policía Nacional. Un artefacto colocado en las taquillas del puente colgante de Portugalete produjo daños materiales en las viviendas cercanas. Y en el barrio de Urioste de Bilbao, los ocupantes de un vehículo intentaron atropellar a dos guardias civiles que se encontraban en un control de carretera.

    Moisés Cordero López, brigada de la Guardia Civil, recibió seis impactos de bala y falleció a las tres y media de la madrugada en la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu. Natural de Isla Cristina (Huelva), tenía 51 años, estaba casado, y era padre de tres hijos de 21, 19 y 11 años. Fue enterrado en el pueblo onubense de Encinasola, donde pasó su infancia y juventud. Estaba destinado en el cuartel de Herrera desde el 1 de julio.

    Antonio Pastor Martín, agente de la Guardia Civil de 24 años, falleció la tarde del domingo 29 de julio de 1979 tras varias intervenciones quirúrgicas y transfusiones de sangre. Había ingresado en la Guardia Civil el 15 de febrero de 1979 y llevaba sólo dos días destinado en el cuartel de Herrera. Antonio Pastor estaba casado y su cadáver fue trasladado a Palencia, de donde era natural, tras celebrarse el funeral en el Hospital Militar de San Sebastián. En enero de 2010 el delegado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Palencia, León y Valladolid, Víctor Manuel Villalobos Blanco, entregó al alcalde, Heliodoro Gallego, una solicitud para que el Ayuntamiento le dedique una calle en su ciudad natal.
    :rura:-)

  10. #100
    Se sufrió mucho y perdimos a muchos. Incluso murieron hijos, esposas y familiares de compañeros.
    Ni olvido ni perdón. Nunca
    :rura:-)

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