En torno a las seis de la tarde del 3 de abril de 1974, el cabo primero de la Guardia Civil GREGORIO POSADA ZURRÓN conducía su coche por la calle Juan XXII de Azpeitia (Guipúzcoa). La calzada estaba en obras, lo que le obligaba a circular lentamente. Dos terroristas se pusieron delante del vehículo y le dispararon a quemarropa con dos ametralladoras de fabricación extranjera, tipo Marieta.
Gregorio, alcanzado de lleno, perdió el control del vehículo, que acabó chocando contra la puerta de un local. Fue trasladado al Hospital Militar de San Sebastián donde murió dos horas después. Uno de los disparos le dio en la cabeza por lo que no pudo hacerse nada por salvarle la vida. Los dos terroristas huyeron en una moto Vespa que había sido robada previamente en Azpeitia.
Gregorio Posada Zurrón tenía 33 años. Nacido en Villaferrueña (Zamora), estaba casado y tenía dos hijas, una de 6 años y otra de 4. Era el jefe del Grupo de Información que tenía la Guardia Civil en Azpeitia. Podría haberse trasladado a Logroño, pero decidió continuar en la localidad guipuzcoana. El padre de Gregorio también perteneció a la Guardia Civil, aunque ya estaba retirado.
Gregorio fue la primera víctima mortal de las 19 del año 1974, entre ellas la primera masacre de civiles provocada por una bomba colocada en la cafetería Rolando de Madrid, atentado en el que murieron 13 personas. Todas ellas eran civiles, salvo el policía Félix Ayuso Pinel, que arrastró durante dos años y cuatro meses graves secuelas, falleciendo finalmente el 11 de enero de 1977. Ese año, además, la banda asesina amplió el abanico de objetivos, declarando como tales a todos los miembros de los Cuerpos de Seguridad.