A las 21:40 horas del sábado 3 de mayo de 1997 un terrorista entró a cara descubierta en la Marisquería El Puerto, en Ciérvana (Vizcaya), a 20 kilómetros de Bilbao. Tras gritar "¡Al suelo!" disparó un tiro en la nuca del guardia civil JOSÉ MANUEL GARCÍA FERNÁNDEZ, que en ese momento tomaba unas tapas en compañía de su esposa en la barra del restaurante. El terrorista huyó en un coche que le esperaba fuera con el motor en marcha y conducido por otro etarra. En cuestión de segundos, ambos desaparecieron del lugar en dirección a Santurce.
En el pequeño embarcadero la noticia se fue extendiendo poco a poco entre los restaurantes cercanos al del atentado, abarrotados de gente cenando tanto en su interior como en las terrazas, lo habitual en el Puerto de Ciérvana todos los sábados por la noche. Miembros de la Guardia Civil y la Ertzaintza acordonaron la zona y establecieron controles de identificación de decenas de coches particulares que, poco a poco, fueron abandonando el lugar.
Al día siguiente se le realizó la autopsia a José Manuel en el Instituto Anatómico Forense del Hospital de Basurto y, a media mañana, se instaló la capilla ardiente en la sede del Gobierno Civil.
José Manuel García Fernández llevaba quince años destinado en acuartelamientos del País Vasco. En el momento de su asesinato estaba destinado en el cuartel de Sanfuentes, en Gallarta, muy cerca de Ciérvana. El cuartel albergaba a once familias de guardias civiles que estaban muy integradas en el pueblo. Un agente comentó que él mismo llevaba a su hija "a la escuela, y sus compañeros saben que soy guardia civil. Aquí no tenemos problemas. Estamos consternados". Era de San Esteban de Cuani (Asturias). Tenía 43 años y estaba casado.