A las ocho y cuarto de la noche del 27 de mayo de 1984 la banda terrorista ETA asesinaba en Pamplona, mediante una bomba-lapa colocada en su vehículo, al capitán de la Guardia Civil LUIS OLLO OCHOA.
El capitán, jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Aoiz, había ido ese domingo al piso de su propiedad en el barrio de la Chantrea en Pamplona. En torno a las ocho de la tarde abandonó la vivienda, acompañado por su mujer, para regresar de nuevo a su destino, en la localidad de Aoiz. Se dirigió a su vehículo, se introdujo en el mismo y lo puso en marcha. La vibración del motor hizo estallar la potente bomba colocada en los bajos del coche, compuesta por una carga de cuatro o cinco kilos de Goma 2.
El vehículo de la víctima quedó totalmente destrozado y el techo del turismo fue lanzado a una distancia de unos quince metros. La explosión provocó, además, fuertes destrozos en los vehículos aparcados en las inmediaciones, así como la rotura de numerosos cristales de viviendas y de varios establecimientos comerciales.
Luis murió en el acto atrapado en el amasijo de hierros en que quedó convertido el coche. Su mujer, Esther Pérez de Aramendi, que no llegó a entrar en el vehículo, resultó herida de gravedad. Su cuerpo fue lanzado por efecto de la onda expansiva a varios metros del lugar de la explosión. Fue intervenida quirúrgicamente en la residencia sanitaria Virgen del Camino. A última hora de la noche abandonó la Unidad de Vigilancia Intensiva en un estado calificado como de pronóstico reservado. Se le había reventado un tímpano y tenía heridas en el cráneo.
Luis Ollo Ochoa, de 54 años, estaba destinado en el cuartel de Aoiz, donde mandaba el destacamento existente en esta población, una de las más importantes de Navarra. Anteriormente había estado destinado en el Servicio de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona con el grado de teniente. Había sido amenazado de muerte por ETA en varias ocasiones.
Era natural de Ochagavía, en el Pirineo navarro, estaba casado con Esther Pérez de Aramendi y tenía dos hijos: una chica de 24, que acababa de terminar la carrera de Medicina, y un chico de 22 años, alumno de la escuela militar de suboficiales de Talarn (Lérida). El matrimonio residía en los días laborables en la localidad de Aoiz, y los fines de semana los pasaban en su domicilio de Pamplona.