A las ocho y media de la mañana del 12 de abril de 1989, ETA asesinaba en el barrio de Las Arenas de Guecho (Vizcaya) al sargento de la Guardia Civil JOSÉ CALVO DE LA HOZ. Un hombre y una mujer dispararon contra el agente cuando se encontraba en el interior de su vehículo y aguardaba su turno para atravesar la ría de Bilbao en el transbordador que une Las Arenas con Portugalete. Pretendía llegar a la oficina del Servicio Fiscal del puerto de Santurce, donde estaba destinado.
Los terroristas huyeron en un Renault 11, robado con anterioridad a punta de pistola. Una patrulla de la Ertzaintza localizó al propietario atado a un árbol con unas esposas de marca francesa en un pinar en la localidad de Lejona (Vizcaya). Su automóvil apareció abandonado en Deusto (Bilbao). En el lugar del crimen se recogieron tres casquillos marca SF, fabricados en 1977, de calibre 9 milímetros parabellum.
El sargento, que recibió el impacto de cuatro balas, fue trasladado al Hopital de Cruces y falleció pasadas las nueve y media de la mañana. La capilla ardiente quedó instalada en el Gobierno Civil de Vizcaya a las 16:00 horas de esa misma tarde. A las seis y media acudieron la esposa del fallecido y sus dos hijos mayores. También acudió el vicelehendakari y secretario general del PSE-PSOE, Ramón Jáuregui.
José Calvo de la Hoz era la primera víctima mortal de las 18 del año 1989. Además, fue el primer asesinato de la banda tras finalizar la tregua del 8 de enero de 1989 anunciada por ETA para facilitar los contactos con el Gobierno en Argel. El 6 de abril la banda dio por acabado el alto el fuego y declaró que abría "todos los frentes de lucha". Seis días después asesinó a José.
José Calvo de la Hoz, de 51 años, había nacido en Joarilla de las Matas (León), y residía en Vizcaya desde 1981, cuando fue destinado al Servicio Fiscal de la Guardia Civil de Santurce. Al llegar a Bilbao ascendió a sargento. Estaba casado y tenía tres hijos con edades comprendidas entre los nueve y los veinte años.
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