Voy a hacer un ejercicio de autoafirmación (si no me quiero yo ¿quien me va a querer, no?)... Tan listo me creo no, tan listo soy, como muchos otros que queremos mejorar y no nos gusta que nos puteen. Es más, en mi caso concreto la pasarela será una segunda o tercera vía de escape: si me sale bien la jugada en breve me voy a dedicar a la docencia y me voy a olvidar de todo lo que huela a uniforme. La coleta de Pablo Iglesias va a ser poca leche al lado de la mía: no me voy a volver a pelar en la vida. Pese a ello lo dicho, dejaré una empresa en la que cuando entré quería hacer carrera y me ilusionaba.
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