Circula por ahí un viejo adagio que dice: "Piensa mal y acertarás".
No sé por qué me ha venido a la mente una situación vivida por un amigo mío, que presenció cómo dos políticos de prestigio trataban de convencer a un escéptico sobre las bondades de su programa electoral con vistas a obtener su voto.
Mi amigo al final me lo resumió así:
"Qué se puede esperar de dos lobos y un cordero hablando sobre qué van a comer".