Hace tiempo que no cuento nada de "cosas de antaño para leer hoy". Así que hoy que tengo unos minutos para vosotros os contaré una anécdota verídica ocurrida a un servidor de Vds. en una de esas provincias llenas de trigales y pequeños pueblos que comprenden la Comunidad de Castill-León a donde fuí destinado a estrenar unos galones rojos como Comandante de Puesto a un pueblo que rondaba los 300 habitantes y con una demarcación extensa de doce pueblos y aldeas que totalizaban unos 1200 ciudadanos que todavía iban a ver la televisión al "teleclub", el último se inauguró estando yo de Comandante de Puesto con asistencia del Gobernador Civil de la provincia al que se dió cumplida escolta.
El tema curioso es que normalmente los Puestos tenían un teléfono y no sé porqué, en muchos de ellos el teléfono disponía de un pequeño candado que inutilizaba su uso para marcar y solo podía recibirse llamadas. Las que tenían que efectuarse tenían que ser en forma de telefonema oficial que redactaba el Comandante de Puesto y posteriormente dictaba muy despacio el Guardia de Puertas al destinatario, que rara vez pasaba de ser al Jefe de Línea.
El caso se presentó cuando quedó vacante una plaza de cabo o cabo 1º de Especialista Fiscal (los de la gorra) en el destacamento creado en una fábrica de coches de la Renault, creo que era en Venta de Baños y,casualmente dicha aptitud únicamente la teníamos dos Cabos en toda la Comandancia, le pregunté al compañero si le interesaba la plaza y me contestó que no, que era para mí que yo era más moderno.
Así que como yo tampoco quería ir, me enteré de que uno de mi empleo le interesaba pero que no tenía la aptitud de Especialista en Fiscal, pero era voluntario para el destino.
Yo con 27 años, era todo un quijote, no me quería separar de aquellos páramos por nada del mundo, mi mujer estaba contenta mi hija se criaba perfectamente, yo disfrutaba de mi profesión.
Ni corto ni perezoso, quité el candado del teléfono y llamé a la Dirección General del Cuerpo exponiendo el problema: habiamos dos Cabos que no queríamos ir y uno que sí, aunque no tenía reconocida la aptitud. El chico que me atendió de la Sección de Personal (de entonces), creo que me dijo que lo dejara de su cuenta o algo parecido, que más valìa un voluntario que un forzoso. No recuerdo bien.
Al día siguiente se presentó un mando en mi Puesto, no se si era el Primer Jefe de la Comandancia, pero mandaba más que yo.
"¿Y a Vd. quién le ha dado permiso para utilizar el teléfono oficial para saltarse a la torera el escalón de mando?" o algo parecido, vamos una bronca.
Yo fuí sincero, sencillo, correcto, y contesté lo que os podeís imaginar: que estaba muy bien allí, que habiendo un voluntario etc. bla bla bla.
En resumen, le dieron la plaza al que realmente le interesaba, eso sí, tenía que obtener si o sí la aptitud de Especialista Fiscal, y vamos si la obtuvo, creo se la mandaron en papel de celofan.
Y es que las restricciones telefónicas en una Casa Cuartel llegaban a límites insospechados pues se cotejaba que las llamadas efectuadas habían sido todas realizadas a teléfonos del Cuerpo o "Muy oficiales", no valían los Ayuntamientos y cosas por el estilo.
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