Buenas noches TIBURCIO, "por derecho" te contesto y dejo la deuda pendiente con Pastor para mañana D.M. aunque él es creyente y no practicante, como yo.
El hecho en si en conmovedor, porque no es una historia, creo sinceramente que ese fué el final de una larga y penosa historia de la que tú fuiste testigo del final -casi feliz-. Todos tenemos razón, los que vulneran las lineas fronterizas de un estado que no es el suyo, los que protegemos el estado en que vivimos para que los de otro estado no entren así como así. Yo nunca me ví en esas tesituras de inmigración unas veces llamada clandestina, otra ilegal y mas suavizada irregular, porque hace muy pocos años empezó este fenómeno que no acabará en muchos años.

Yo que ya soy un poco vejete os pregunto a esos que aún estaís en esos lares de lineas fronterizas: ¿Alguna vez con vuestras manos y pies habeis pisado ese milimétro que separa una nación, una región, una provincia, una comarca, un término municipal una finca de la colindante? y si es así ¿lo habeís podido separar el suelo de ambas lindes? físicamente imposible. porque ambas son lo mismo. Cuando un macho de cabra montés huye de los disparos de sus perseguidores no sabe nunca en que región o nación se encuentra, pone tierra por medio entre la agresión y la supervivencia.
Ese es el fenómeno de la inmigración-emigración, si sigo aquí no viviré si me voy a lo mejor sobreviviré.
Tengo hijos, tengo nietos, uno de mis hijos ya ha emigrado a otros lares a muchos miles de kilómetros, ¿mis nietos podrán seguir viviendo en el punto de la tierra que les vió nacer?. La superviviencia si se acaba donde estás tendrás que abandonar ese sitio, punto y pelota. Y eso no es emigrar eso es querer seguir viviendo que para eso nacimos, la muerte si es el final.