Gracias COBOLUDA por tu participación, preciosa anécdota vivida en tu niñez, que puede trasladarse al día de hoy donde los medios de transmisión de imágenes están a la orden del día, y yo que llevo más de 50 años a lomos de caballos, por asfalto, procesiones, la última este mes de enero con más de 2.000 personas, música, perros, en la bendición de San Antón y ni el caballo se espantó ni yo me caí ni me puse nervioso ni nada. Creo que tu anécdota bonita donde las haya es criticable desde el punto de vista profesional.
Me explico: hasta el estallido de la contienda 1936-39, nuestra guardia civil tenía unidades de infantería y caballería, estos últimos recibían la instrucción ecuestre pertinente a su cometido. A alguna cabeza "bienpensante" y creo que fué en la reforma del 45 (consultar a Miguel López Corral "LAGUARDIA CIVIL", además de absorver al Cuerpo de Carabineros, fusiona ambas modalidades del Cuerpo y ese mal se ha estado pagando durante décadas, porque, mientras de Valdemoro (pongamos un ejemplo) habían polillas que se tiraban dos años de instrucción ecuestre estos chicos en lugar de aprovechar sus conocimientos en esta "especialidad", a lo mejor los mandaban a Puestos sin caballos, es decir se desaprovechaba lo aprendido en Valdemoro. Lo contrario ocurría con promociones como la mía en la que si mal no recuerdo pisamos el picadero dos veces en cinco meses, eso no son clases de equitación, eso es un chiste y muchos guardias que los caballos los habían visto en Cinemascope los destinaban a unidades con equinos. Pero digo más: He conocido casos de destinar a un Suboficial de nuevo ascenso y que en los anteriores empleos se pasa dos décadas en una Sanglas 400 y al ascenso por cambio de destino lo meten en un Puesto de 6 guardias y 4 caballos, ¿Cómo se las arregla este hombre para detectar un posible cólico si no tiene ni pajolera idea de hipología? y así muchos y muchos casos por esas cosas que se hacían en el 45 y que perduraron hasta bien entrado los 80.
Para finalizar una persona que va montada si sabe lo que lleva entre piernas y riendas es detener lo caballos, ceder el paso a lo niños y después tranquilante seguir su camino. Vamos así creo que lo tenemos que hacer los que a diario montamos, nos cruzamos con coches, niños, bicicletas, deportistas y cada uno a lo suyo.