Este es el trato que recibió un compañero al cual mandaban al país vasco.
Pongo lo que yo viví:
Corrían aquellos años en que no era raro que no ocurrieran varios atentados al mes.
El puesto en el cual yo estaba destinado, recibe un aviso de la comandancia en el que se le comunica que el guardia fulanito de tal, con fecha tal y tal, tendrá que incorporarse concentrado forzoso al país vasco.(Por aquel entonces era 1 año)
El compañero al cual le tocó la china, después de haber recibido la noticia dijo.... no sé por mi estoy dispuesto a ir, pero por lo que le tengo oído a mi mujer no creo que esté dispuesta dejarme ir. El compañero se pasó discutiéndolo con la mujer toda la tarde y a la noche le dijo al Comte de Puesto.... sintiéndolo mucho que no estaba dispuesto a ir. Y este después de decirle.....que lo pensara bien, ya que lo que le comunicase a la comandancia iba traerle consecuencias. Al día siguiente entraba yo de puertas de 14,00 a 14,00
El Comte de Puesto lo comunica a la comandancia a la mañana siguiente, no tardaron ni media hora en llamar de la comandancia, comunican que mañana a las 9.00 horas estemos toda la plantilla en el puesto, incluida la patrulla de la mañana.
Al día siguiente estábamos todos a la hora indicada en el puesto, cuando llega y se para frente al portal del cuartel el coche oficial del jefe de la comandancia, se baja el conductor y le abre, sale y se enfila con paso rápido hacia el portal, lo recibe el Comte de Puesto dándole la novedad y dice ....
J.....¿donde está?,con voz de cabreo.
CP...los guardias están formados ahí en el pasillo.
J..... mande firmes.
Una vez efectuada la orden.
J.....un paso al frente el que no quiere ir concentrado.
Se queda observándolo de lejos y dándose la media vuelta dice....usted, dirigiéndose a mi que estaba de puertas, vaya fuera y dígale al conductor que me traiga el sable.
Yo que no me creía lo que acababa de oír, salí a toda prisa y se lo comunique al conductor, este abrió el maletero y sacó el dichoso sable. Nos dirigimos a la entrada y cuando estábamos entrando vino el todo decidido hacia nosotros, cogiendo el sable se dirigió a donde estaba el compañero y sacándolo de la funda, le introduce la punta entre los emblemas de la solapa de la chaqueta, aquellos emblemas de forma de rombo con fondo rojo, saltaron haciendo ruido en el suelo como latas y después con la otra mano le arrancó las solapas de las hombreras y a la vez le decía.......es usted una deshonra para La Guardia Civil, no merece usted llevar este uniforme, queda usted expulsado del cuerpo.
Si vierais al compañero llorando, aquello era penoso.
Siempre me quedará gravado.
Bastantes años más tarde lo volví a ver y supe que le fue bien.
A ver si sabéis quien fue en su lugar......bueno si no me tocaba ese año, me tocaría el siguiente.
Menos mal que los tiempos han cambiado.
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