Son tantas las anécdotas que a lo largo de los años se van acumulando que incluso llegan a obturar el cerebro. Largas noches de servicio en la calle, fríos, calurosos, pero no por ello los servicios de puertas u oficinas no dejan huella en cualquiera de nosotros, ¿quién a la hora de instruir unas diligencias no ha llegado a la conclusión que te quieren meter un gol por toda la escuadra?.
Había terminado la redacción en sigo una denuncia a la antigua Ley 1/92, por la tenencia en la vía pública de un porrete de la misma sustancia que ahora algunos colectivos quieren legalizar dentro del marco medicinal, cuando entra un súbdito rumano y me dice que quiere poner una denuncia a una farmacia de la localidad, le digo que se siente y me cuente lo sucedido.
- Mire usted, señor. El otro día mi mujer estuvo en la farmacia de . . . a comprar unas medicinas y compró también unos caramelos de fresa para mi hijo pequeño, pero se los vendieron caducados y a eso no hay derecho.
Dicho esto saca de uno de sus bolsillos del pantalón un envoltorio donde supuestamente iban los caramelos, observando por el color del mismo a primera vista que no se correspondía con el sabor que esta persona me decía, por lo que le pido que me lo deje y efectivamente, leo que el contenido del paquete de papel correspondía a caramelos con sabor a menta.
- ¿Este es el envoltorio que le vendieron a su mujer en la farmacia?- le pregunto.
- Si señor ese es.
- ¿ Está usted seguro que es el mismo y no otro que puedan haber perdido?
- - No señor, es este.
Pues nada. Abro el módulo de denuncias y empiezo a recoger las diligencias volviendo a reincidir en las preguntas que y le había hecho después de generalizar el motivo de la denuncia, añadiendo otras encaminadas a ver si el niño se había puesto enfermo y había sido atendido en algún hospital o centro médico, dando como respuesta el denunciante que no, que el niño estaba perfectamente aunque se había comido los caramelos.
De nuevo cojo el envoltorio y le pregunto si está de acuerdo o sigue afirmando que es el que le vendieron en la farmacia, contestando que sí, transcribiendo en las diligencias la marca de los caramelos, el color, el sabor, la numeración del código de barras y hasta la fecha de compra de los caramelos si se acordaba –que fue que si- , sacando tres copias del mismo envoltorio para adjuntar a las diligencias.
Tras la redacción de las presentes se las doy a leer preguntando si entiende bien el español escrito, contestando que si, que no tiene problema y que lleva muchos años en España firmando a continuación después de haber leído su denuncia, le entrego el anterior recibo de la denuncia formulada y se marcha más contento que unas castañuelas.
No hubo ningún problema en llamar a la farmacéutica titular de la farmacia para tomarla declaración y hay que imaginarse la cara que le quedó cuando le explique el motivo de la denuncia.
-Mire usted. Es imposible que se pueda vender un producto caducado porque al pasar el código de barras para cobrar si está caducado la caja registradora da el aviso (cosas de las nuevas tecnologías), con lo que creo que ese señor está mintiendo.
Empiezo con las preguntas y le formulo la siguiente
-¿Guardan copia de las ventas en la farmacia que se realizan diariamente?
- Si. Y si quiere podemos buscar la venta de ese señor.
Le digo la fecha de compra por si le sirve e inmediatamente llama por teléfono a la farmacia para que busquen las ventas de ese día y efectivamente, una compra de caramelos entre otras cosas pero con sabor a menta y no fresa.
Transcurridos unos meses se persona el súbdito rumano de nuevo al cuartel coincidiendo de nuevo conmigo en la puerta y de forma cojonil empieza a recriminarme que es lo que puse en la denuncia que el juzgado le ha sacado una multa encima.
-Pues lo que usted me contó, y encima le pregunté si entendía el español y me dijo que si no obstante voy a buscar las diligencias y de nuevo las lee, cosa que así hizo ¿ es esto lo que usted me contó? – contestando que sí, pues es lo que se mandó al juzgado caballero y no me siga tocando los bemoles que le voy a tener que denunciar yo . . . cosa que tuve que hacer ante los improperios del señor . . . esta vez al delegado del gobierno.