Vuelvo con mis historias de antaño, espero que si alguien la lee por lo menos le dibuje una sonrisa en los labios:
Estaba destinado como Jefe de la Comandancia de Valencia el famoso teniente coronel don Isabelino Cáceres Ruiz, al que yo conocí siendo un niño y después estuve en su Plana Mayor con él hasta que ascendió a Coronel y siempre me quiso mucho, incluso de Guardia y no era para menos ya que yo siempre vestía impecable el uniforme y no tenía el menor miedo sus bravuconadas que la verdad eran como un castillo de fuegos artificiales que la mayoría de la veces quedaba en pobres ascuas.
Don Isabelino como todos los Jefes de Comandancia tenía por aquel entonces adjudicado un "coche de mando", un milquinientos negro, bifaro, una belleza que yo soñaba que algún día fuera a subasta para comprarlo (nunca supe cuando salió a subasta). Por supuesto tenía dos conductores que turnaban 24 x 24 horas para servicio del Jefe de la Comandancia y si uno se iba de permiso no había sustituto, se lo comía todo uno de los dos, grandes amigos mios, uno se llama Ortega, y el otro lo tengo en la punta de la lengua y no me viene, ascendió a Cabo y terminó la carrera de Capitán, muy buenas personas ambos.
Sucedió que un día, estando yo de servicio en la P.M. me mandaron recado para que el coche el Jefe estuviera listo a las, pongamos a las siete de la tarde.
Intenté buscar a uno de los dos conductores habituales, pero no me hice con ninguno, así que fuí al Destacamento de Automovilismo y le dije al Conductor de Guardia que tenía que estar con el coche del Jefe a las siete, este conductor si que me acuerdo, se llamaba Cano y buen me dijo que él solo sabía llevar bien el Land-Rover que no se atrevía con el 1.500, vamos excusas por temor al Jefe.
El caso es que como pude me hice con Ortega que, en un plis plas se puso el uniforme, pasó la gamuza por el brillante 1.500 bifaro y con su gorra de plato roja y su pistola del 9 mm. corto estaba a las siete en punto de la tarde estacionado en la puerta de la escalera por donde debía bajar el Teniente Coronel, que llevó a donde el mandase (a lo mejor a los toros) ¿porque no?.
Yo no le día mayor importancia haber logrado localizar a Ortega, ya que su compañero de especialidad Cano no sabía manejar el 1.500.
Pasó un tiempo y, lo recuerdo como si fuera ahora, estaba yo en la calle de Xátiva (Játiva) en Valencia después de haber ido al cine o a lo que fuera, era de noche y por no esperar el autobús paré un taxí, concretamente un mil quinientos bifaro igual que el adjudicado al Primer Jefe de la Comandancia.
¿Quién era el taxita?
El Guardia Cano, haciendo pluriempleo. él no me conoció hasta que no me senté detrás, entoncés nos saludamos como amigos y compañeros. pero no me quedé con las ganas y le pregunté: ¿Oye, pues tú el otro día no me dijiste que no sabías conducir este coche? y ahora se te estás ganando una pasta extra. No te preocupes que de esto se enterará todo el que yo quiera.
Hasta aquí dejo la anécdota para que algunos vean de lo que es capaz un señor (por decirlo de algún modo) que estando de servicio para lo que salga, se excusa vagamente, con un "yo no sé" y recarga el trabajo al benemérito que estaba unas horas libres.
Fué cierto y lo cuento, y pronto colgaré la foto del Jefe y del coche de marras.
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