Estimado señor López. Allá cada uno con sus “posibilidades”, pero un servidor “entodavía” es capaz de “encender bombillas” y de torear en plazas de primera. Para algo habrá servido el monte y el machaqueo en el gimnasio. Ciertamente en casa no me sirve para nada, salvo para ejercer de mano de obra sin remuneración y ser explotado por la tiranía de la dictadura. Pero cuando salgo de la mazmorra….eso ya es otro cantar.

Aclarado ese punto voy a dar mi opinión sobre otra declaración.

Afirma vuestra merced que hay ciertas cosas que otros hacen porque nosotros somos más demócratas y más respetuosos con las formas. En principio suena bien, pero si nos paramos a recapacitar llego a la conclusión que no es así; que en realidad lo que somos es mas gilipollas.

Me explico. Estoy hasta las calandracas de ser respetuoso, tolerante, educado, de cumplir las normas a rajatabla, de mirar por el vecino ( de mirar a la vecina no), y de calcular siempre como pueden incidir en los demás mis actos particulares. La experiencia me indica que en realidad todo eso no sirve para nada en una nación en que cada cual hace de su capa un sayo y va por la vida lleno de derechos y ninguna obligación.

Ellos, los que no son tan demócratas ni tan respetuosos, al final son los que viven y se llevan su gato al agua; cumplen sus objetivos a costa de la educación y la democracia del resto; y lo que es peor, encima se ríen y se cachondean del resto.

Como intento respetable de convivencia está muy bien todo eso que dices; pero el tiempo ha demostrado que todo ha ido a peor…..y todo tiene un límite.

PD. Qué calorina hace….¿verdad?