Podría encajar en el apartado de “Cosas Curiosas”, ya que en sí mismo es una curiosidad histórica; pero si me lo permiten lo voy a colocar aquí…..¿ paaasa algo?

Ya hemos hablado en alguna otra ocasión de la mala memoria histórica que hacemos gala los españoles y del olvido criminal que tenemos de nuestros héroes; aunque somos unos perfectos conocedores de los héroes y hechos foráneos.

Estoy plenamente convencido de que si preguntamos a un españolito de hoy día a qué le suena el nombre Mina, diría que es un “bujero” donde trabajan los asturianos. Si es del norte podría sonarle a una marca de chorizo y de txistorras, aunque lo más fácil es que se quede in albis y le suene a chino.

Pues bien, Mina es uno de los apellidos de dos de nuestros héroes más importantes de la época de la francesada; y lo curioso es que, siendo dos personajes distintos los que tuvieron este apellido glorioso, están unidos en la historia, eran familiares, y uno es consecuencia del otro.

Ya sé que leído esto alguno ya se habrá hecho un lío, pero si tienen vuestras mercedes paciencia y siguen leyendo, posiblemente lo entiendan.
El primero, históricamente hablando, es Francisco Javier Mina Larrea. Joven navarro que nació en la aldea de Otano en 1789 y que es conocido como “Mina el mozo” o “Mina el joven”.
Este señor era un estudiante en Zaragoza cuando se dio el Motín de Aranjuez, e inmediatamente se alzó como líder de los sublevados contra el Godoy y a favor del canalla de Fernando VII.
Poco después se fueron desarrollando los acontecimientos que dieron paso a la invasión de los franceses y a los sitios de Zaragoza, en los que no llegó a luchar porque fue encargado para mantener guerrillas en la zona de Codo y Belchite ( curiosa también la historia de este último pueblo aragonés). Posteriormente fue encargado por la Junta Central a pasar a su tierra ( Navarra) para incordiar todo lo que pudiese a los invasores. Allí crea el llamado Corso Terrestre de Navarra, y consigue poner en jaque a las tropas francesas. Pero su carrera militar en España es más bien corta, ya que no tardan los gendarmes franceses ( antecesores y modelo de la Guardia Civil española) en capturarle en la población de Labiano y llevarse lo al castillo de Vicennes donde encarcelaban a los más peligrosos de sus enemigos.

Es aquí, donde termina la historia española de Mina el Mozo cuando aparece en la historia el otro Mina: Francisco Espoz y Mina.

Este ya es más conocido popularmente, pero curiosamente su historia es mucho más inaudita y chocante.

Francisco Espoz era de mayor edad que Javier y tío por parte de padre ( Juan José Mina Espoz) Era natural de Idócin ( cerca de Pamplona) y mientras Javier estudiaba en Zaragoza, Francisco se dedicaba a la labranza y a vender sus productos en la plaza del ayuntamiento pamplonés. Era semianalfabeto y nada hacía pensar en el futuro que le esperaba.

Dicen que llegado Javier a Navarra para crear la guerrilla, su tío Francisco sirvió para cuidar de las monturas de su sobrino, aunque no es seguro que esta fuese su ocupación. Sea como fuese, el caso es que apresado Javier por los franceses, los guerrilleros elijen a Francisco como su nuevo jefe, y este, que en realidad se llamaba Francisco Espoz Ilundain, se autoproclama como Francisco Espóz y Mina, supongo que en honor y recuerdo de su sobrino.

La carrera militar de Francisco es de las más impresionantes. De simple aldeano llega a General, siendo considerado, junto con El Empecinado y Merino, el más importante de los guerrilleros españoles. “El pequeño rey de Navarra” llegó a denominarle el señor Napoleón, y hay suficientes documentos que atestiguan que les dio cera a los franceses hasta en las cejas, llegando a tener todo un ejército a sus órdenes.

No tenía la cultura y preparación que atesoraba el sobrino, pero tenía esa “gramática parda” del campesinado y la supo utilizar desde el primer momento. De entrada engañó a una serie de jefes de partidas para que se reuniesen con él. Esta gente más que guerrilleros eran bandoleros que lo mismo esquilmaban a franceses que a españoles, y la ayda del paisanaje es fundamental para la lucha de guerrillas<; así que los juntó, los apresó y los puso en la disyuntiva de que se unían a él y aceptaban su mando, o los pasaba por las armas antes de santiguarse un cura loco. Unos aceptaron y otros….los fusiló y punto pelota.

Pocos saben que fue D. Francisco el libertador de Zaragoza y que llegó a la graduación de general de los reales ejércitos de su serenísima y siempre malintencionada majestad Fernando VII de Borbón y Borbón ( que Dios lo tenga en su gloria)

Luego las cosas se complicaron para tío y sobrino. Terminada la guerra el Borbón felón no quiso reconocerles sus servicios y les impuso la disolución del Corso Terrestre. Vamos, que les licenció por la patilla y a otra cosa mariposa.

Esto no les gusto a los dos Mina y comenzaron la segunda etapa de sus vidas. Uno, D. Francisco, como liberal, llegando en los últimos días de su vida a pelear contra su antiguo subordinado D. Tomás de Zumalacarregui ( el Tío Tomás para los colegas) que capitaneaba las tropas carlistas. Aquí D. Francisco peleo contra sus antiguos soldados y contra la táctica que el supo imponer contra los franceses, y claro, las cosas no le salieron bien. Los papeles los tenía cambiados, aunque en su descargo habría que decir que ya estaba enfermo y viejo.

El otro Mina, el joven; se marchó a Méjico después de pasar una serie de vicisitudes. Allí levantó un pequeño ejército para luchar contra el rey español que tanto y a tantos había traicionado. Tuvo suerte dispar hasta que fue apresado en una pequeña fortaleza y fusilado por sus compatriotas.

Aquí no le conoce nadie, pero si vais por Méjico podréis comprobar que allí es toda una institución. Hay monumentos levantados en honor a nuestro héroe y su nombre luce en multitud de calles.

Qué cosas ¿verdad? Lo qué es la historia…y qué poco la conocemos.