La familia Pujol ha tenido intereses en un centenar de empresas a lo largo de tres décadas, aunque los miembros más activos, empresarialmente hablando, fueron la matriarca, Marta Ferrusola, y tres de los hijos: Jordi, Josep y Oleguer Pujol Ferrusola. El clan comenzó a trabar fuertes lazos con la Administración catalana en los años 80. En esa década, Marta Ferrusola y Jordi Pujol Ferrusola comenzaron una fecunda trayectoria empresarial. Así se recoge en el libro Pujol & Puig que edita La Esfera de los Libros y que sale ahora a la venta.
La obra -escrita por el periodista Antonio Fernández- relata que en la primavera de 2012, el Gobierno central sospechaba ya del salto hacia posturas independentistas de Artur Mas y puso a seis unidades de diferentes Cuerpos a investigar a la familia de Jordi Pujol y al entorno nacionalista catalán. Explica con detalle también cómo alguien “asaltó la oficina de los dos socios (Jordi Pujol y Jordi Puig) en 2002. Los asaltantes intentaron chantajearlos, pero tras la aparición del entonces Cesid, el escándalo se neutralizó. Una década más tarde, a raíz de su deriva hacia posturas independentistas, se desató una implacable caza.
También se desvelan los negocios conjuntos de Jordi Pujol Ferrusola y de Jordi Puig Godes, a pesar de que el hijo del expresidente catalán aseguró en el Parlamento catalán que nunca tuvieron tratos comerciales excepto en una ocasión. El libro, sin embargo, recoge inversiones millonarias de ambos al alimón en una larga ristra de empresas desde mediados de los 90 hasta bien entrado el siglo XXI.
Jordi Pujol Ferrusola. (EFE)
Detalla, asimismo, que en 1996 crean la sociedad Ibadesa Cat, en la que era socio Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal. Dos años después, el madrileño vendía sus acciones, pero en la compañía quedaba José Herrero, sobrino suyo. A través de esta empresa realizaron negocios en Ghana, Djibuti, Yemen, Senegal, Marruecos, Uganda, Angola, Egipto, Turquía, Jordania, Rusia, El Salvador, República Dominicana, México, Panamá y Nicaragua. En Uganda llegaron a construir un hospital militar, en Guinea financiaron barcos de pesca y en Senegal invirtieron cientos de miles de euros en una fábrica de atún. En Marruecos, hicieron negocios con el príncipe Txokotoua, un aristócrata georgiano residente en Mallorca y amigo del Rey Juan Carlos.
En México, Jordi Pujol Ferrusola inició su andadura en el año 1996, cuando cogió como testaferro a José de Alba, un miembro de la gente guapa mexicana
En México, Jordi Pujol Ferrusola inició su andadura en el año 1996, cuando cogió como testaferro a José de Alba, un miembro de la gente guapa mexicana y bien conectado con la alta sociedad. Él fue quien le hizo de pantalla en la sociedad Ipromar Ocean para, desde ésta, extender sus tentáculos en el continente americano, donde en 2010 llegó a abrir un hotel de lujo. Además, tenía fuertes intereses en la compañía Tabacos Nicarao y una importante participación en la compañía Deschiss, la principal distribuidora mexicana de café en los Estados Unidos, en la que llegaron a invertir 1,5 millones de dólares para controlar el 4% del capital. En México también tomó como referencia al potentado Raymundo Gómez Flores, una de las mayores fortunas de aquel país y hombre que hizo fortuna a la sombra del PRI.
No fueron los únicos testaferros. Al otro lado del Atlántico, Jordi Pujol Ferrusola firmó en el año 2000 un contrato de fiducia con Fermín Serrano. En Andorra, contaba con Francesc Robert (con él intentó construir en Gran Bretaña la mayor pista de esquí cubierta de Europa), con Toni Zorzano y con Enric Dolça. En Londres, con Herbert Rainford Towning. En Asia, con Zeid Mango
Artur Mas y Oriol Pujol Ferrusola. (EFE)
El Gobierno en la sombra

Durante años, los dos socios barceloneses utilizaron los servicios de José Manuel Fernández Norniella para pedir favores al Gobierno de José María Aznar. Fernández Norniella, sin él saberlo, era uno de los nombres que Jordi Pujol Ferrusola barajaba para promover a presidente de Fecsa e incluso insistió en ponerlo en contacto con Artur Mas. La operación no prosperó porque el PP no la apoyó en aquellos momentos. Con Felip Puig, la ascendencia era similar.
El hijo mayor de Pujol, además, era prácticamente el jefe del Gobierno catalán en la sombra. Desde su despacho de la calle Ganduxer, manejaba los hilos del poder e incluso tenía una total ascendencia sobre Artur Mas en el tiempo en que éste era conseller en cap (consejero jefe) y sobre Felip Puig, de quien era compañero de colegio y que ocupaba el cargo de consejero de Política Territorial y Obras Públicas. Tanta era su ascendencia, que Jordi Pujol Ferrusola fue el encargado de buscar el nuevo delegado de la Generalitat en Madrid cuando Josep Gomis dejó el cargo en 2002.
La familia Pujol decidió apoyar a Artur Mas como sucesor en el Gobierno del patriarca del clan, esperando que se quemase en la travesía del desierto
A finales de los 90, conscientes de que Jordi Pujol podía perder las elecciones frente a Pasqual Maragall, la familia decidió proponer a Josep Pujol Ferrusola como el miembro del clan que representase los intereses de la familia en el terreno político, pero ante la negativa de éste, se decidió preparar a Oriol Pujol, cuya carrera se truncó tras estallar el denominado caso ITV. En esa época, la familia (que años atrás ya había conspirado para arrinconar a Miquel Roca i Junyent) decidió apoyar a Artur Mas como el sucesor del patriarca del clan, esperando que se quemase durante la travesía del desierto. La intención era tener preparado a Oriol Pujol para tomar el relevo en cuanto cayese el Gobierno Tripartito. Pero Artur Mas, con la inestimable ayuda de David Madí, resistió esa travesía y no tiró la toalla.
El libro revela también el primer informe sobre los Pujol donde se detallaban movimientos de cuentas en Andorra, en el año 1997, realizado por un detective privado. Ese informe jamás fue completado.
Marta Ferrusola y Jordi Pujol. (EFE)
Curiosidades y anécdotas inéditas

Pujol & Puig hace también un retrato de los diferentes clanes que flanquean y blindan desde hace décadas a la familia Pujol y cómo, en una perfecta simbiosis, todos ellos se han aprovechado del poder para vivir del dinero público. Además, todos los hijos del expresidente catalán (sin olvidar a su esposa), en mayor o menor medida, se han beneficiado de dinero público.
Entre otras curiosidades, la obra destaca cómo ya en los años 80 un joven Pere Esteve hacía negocios con el hijo mayor de Pujol y con otro personaje que a la postre sería muy importante: Carles Torrent, futuro tesorero de Convergència. Torrent y Esteve, además de ser socios de Jordi Pujol Ferrusola, también crearon un entramado de empresas con la familia política del hijo de Pujol. Años después, serían los que diseñaron y ejecutaron la ingeniería financiera que permitiría que llegasen fondos millonarios a Convergència desde el Palau de la Música. Otra curiosidad fue la creación de la empresa Hidroplant por parte de Marta Ferrusola y dos socias en 1979. Dos años más tarde, quebraba. Años después, la familia invirtió en la empresa Jepo, a la que le cambiaron el nombre y volvieron a ponerle Hidroplant.
Una empresa de Marta Ferrusola y su familia fue comprada por los Prenafeta. Para intentar salvarla, le inyectaron más de 400 millones de pesetas
Otra empresa de Marta Ferrusola y su familia fue comprada por los Prenafeta. Para intentar salvarla, le inyectaron más de 400 millones de pesetas, un enorme capital en aquellos años (finales de los 80). Aproximadamente unos 400 millones fueron, precisamente, los millones que recibió el grupo Tipel, también de los Prenafeta, de fondos públicos que luego no retornó. De lo que no hay duda es de que los amigos de la familia medraban en los negocios y la política. Algunos de ellos fueron colocados en lugares clave. Una de las operaciones clave fue exponer a un hombre de confianza en la presidencia de La Seda, Rafael Español, que luego daría cobijo en esta compañía a Jordi Pujol Ferrusola, Artur Mas o Jordi Vilajoana, actual secretario general de Presidencia de la Generalitat. Además de ocupar cargo en una de las empresas del grupo (es decir, cobrar por ser miembro del consejo de administración), Jordi Pujol Ferrusola y Jordi Puig facturaron cantidades millonarias a la compañía química. El negocio, pues, era redondo.
Pujol & Puig recoge, asimismo, testimonios directos de gente que ha estado muy cercana a Jordi Pujol, desde políticos hasta escoltas, que desgranan anécdotas inéditas que vivieron de primera mano, como cuando los policías que vigilaban su casa particular fueron relevados por falta de consideración hacia el presidente o cuando Pujol birló un subfusil a su escolta.http://www.elconfidencial.com/espana...-mundo_883549/