Je, je. Mira. No hace mucho unos vecinos la liaron parda por eso de que cada uno en su casa hace lo que le place y andaban celebrando un cumpleaños.
Al cumpleaños debieron de invitar a medio Madrid de paisanos todos ellos de más allá del charco y , como no entienden de otra música que la chapata esa y el merengue aquél, pues medio barrio como si estuviésemos en las fiestas patronales de mi pueblo.
Aquí viven muchas personas mayores que andan con más goteras que un monasterio en la desamortización de Mendizabal, y terminaron por llamar a los señores guardias municipales. Tras comprobar que aquello parecía el parque de atracciones, les llamaron la atención, cosa de la que quedaron muy sorprendidos porque, según ellos, tenían la música muy bajita para no molestar ( menos mal que tenían ese detalle)
Los guardias alegaron que era necesario realizar tres mediciones con una especie de “sonotone” especifico para detectar los decibelios emitidos, lo que desaconsejaba cualquier acción y nos aconsejaron armarnos de bendita paciencia, ya que al fiestorro no nos invitaron.
Dos días después se largaron no sé donde y dejaron dos perros solitos en casa. Los animales, supongo que acostumbrados al circo continuo, se pusieron a llorar atronando el barrio con sus aullidos. Pues oye. Se llamó a la policía alegando que se escuchaba a dos perros aullando de dolor….y se presentaron aquí media plantilla de servicios municipales, e incluso se habló de llamar a los bomberos para forzar la entrada e investigar que les podía pasar a nuestros amigos peludos.
Lo dicho….un circo.
Marcadores