Laura González, de 27 años y madre de un niño, ha fallecido alrededor de la una de la tarde en La Palma tras ser rociada con gasolina y prendida posteriormente fuego por su pareja, de 30. Los hechos ocurrieron alrededor de las 10 de la mañana cuando la mujer se encontraba trabajando como dependienta en una tienda de la céntrica calle Real de Santa Cruz de La Palma, que en esos momentos se encontraba atestada de gente ya que la capital de la isla celebra estos días sus Fiestas Lustrales.
Según varios testigos, el hombre estuvo vigilando el local durante toda la mañana a la espera de que no hubiese ningún cliente en el local. Cuando comprobó que la chica estaba sola, entró con una garrafa de gasolina, la roció con ella y le prendió fuego. El presunto atacante, a quien también alcanzaron las llamas, salió de la tienda con la cabeza y la camiseta envueltas en llamas. Justo en la puerta del local, se quitó la ropa para sofocarlas y huyó a la carrera, según cuenta un testigo presencial.
Una dependienta de la tienda de enfrente, al ver la escena, acudió en ayuda de la víctima, a quien logró sacar del local y trasladar a un portal cercano. Allí, junto a varios transeúntes más, aguardaron la llegada de los servicios de emergencia, que la trasladaron al Hospital General de La Palma. La joven llegó en estado crítico. Presentaba quemaduras en más del 80% de su cuerpo, por lo que falleció pocos minutos después.
Tras estos hechos se vivieron momentos de tensión. El alcalde de la ciudad, Sergio Matos, dio la orden de activar la búsqueda del atacante. Después de varios minutos peinando las calles de la capital isleña, finalmente D.B., fue detenido por la Policía en un centro de salud cercano al que había acudido para ser atendido por las heridas que sufrió el 30% de su cuerpo y cara. El joven fue trasladado por los servicios de emergencia hasta el Hospital de la isla, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos. Una vez esté estabilizado, y dada la gravedad de las quemaduras que sufre, será trasladado en los próximos días hasta la Unidad de quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

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