No es apagarlo a tiempo. Es controlarlo a tiempo, y la cuestión de acabar con el incendio ya es secundario.
En estos casos, que pueden ser muy peligrosos para los que operan en la extinción por el colapso de las cubiertas, el primer objetivo, si el incendio ya está “agarrao”, es evitar su propagación a edificios vecinos.
Suelen llevar mucho tiempo en su extinción y ser imprescindible la actuación de varias dotaciones, pero una vez confinada y asegurada el área del incendio solo es cuestión de tiempo.
El final también es muy importante, y también se lleva bastante tiempo el remover y enfriar los residuos de la combustión para evitar que el “bicho” reviva.
Suelen ser muy espectaculares, pero no son los más peligrosos para el personal.
Marcadores