Nuestras instituciones militares siguen ancladas en el pasado y no son capaces de avanzar según avanza la sociedad. La mujer se ha incorporado al mercado de trabajo y en cualquier país civilizado se le dan una serie de herramientas para que puedan conciliar su vida familiar con la profesional.
Aquí se quiere seguir trabajando como en el siglo pasado ignorando la nueva realidad social.
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