Esta zona es un avispero y un maremágnum de radicalizaciones socio-politicas.
Mal lo han llevado siempre las llamadas potencias occidentales y malas consecuencias pueden salir para todos de este circo.
Todavía recuerdo cómo tildaban de terrorista a Ben Gurión cuando atentaba contra la potencia colonial británica y luego lo elevaron a los altares de la política. También a Arafat, que de terrorista pasó a premio Nobel de la Paz. ¿Quién puede entender todo esto? Yo desde luego no.
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