El olvido es una parte intrínseca de la mente humana. Lo grave en este caso es ver como se incumple sistemáticamente la ley por parte de todas las administraciones.
Racaneo e injusticia en las indemnizaciones que efectivamente son más generosas para los últimos atentados.
Resistencia y negativa en ciertos casos por parte del representante del Ministerio del Interior a firmar las actas de la junta médico pericial superior.
Ninguno e incluso trato humillante por parte de la oficina de "atención" a las víctimas del terrorismo del Ministerio del Interior, permitiéndose emitir una opinión, sin ser especialista, ni médico, ni siquiera ats, sobre informes médicos realizados por peritos.
Trabas por parte del SEPEC, que en muy pocas ocasiones concede el "acto de servicio como consecuencia de atentado terrorista", obligando al interesado al contencioso prolongando así su ansiedad.
Negativa por parte de la DGGC ha conceder la medalla al mérito de la guardia civil con distintivo rojo a los heridos de los años 80.
Mi desprecio absoluto y un sonoro corte de mangas para todos aquellos desalmados que lejos de ver el sufrimiento en las víctimas, no experimentan más que envidia y desinterés cuando por su profesión deberían sentir precisamente lo contrario.