Te entiendo perfectamente. Pero pienso que siendo una canallada lo que os está pasando, mucho peor es lo que poco a poco está ocurriendo entre vosotros mismos, y cuando digo “vosotros”, además de referirme a algunos grupos representativos de distintas asociaciones y unificados por las mismas circunstancias, también me refiero a las nuevas generaciones de compañeros, que ya solo van conociendo las cosas de oídas y cada vez más deformadas.
Esas nuevas generaciones o promociones de guardias civiles ya no tienen referencia de los años duros y sus preocupaciones van por otros caminos. Llegará el momento en que os pase como a aquellos veteranos de distintas guerras que pedían limosna por las calles enseñando sus mutilaciones y con una medalla de la campaña prendida de sus harapos.
Fíjate como se comen el tarro y se aceleran para poner el nombre de alguna calle a determinados políticos, y sin embargo hay multitud de héroes populares que están en el olvido.
Sin darnos cuenta, poco a poco, nuestra sociedad está cambiando; yo creo que a peor en muchísimas cosas,; y las víctimas del terrorismo, como tú bien dices, ya estorban y hay que apartarlas.
Hace poco fui expulsado de una comisaría por un joven policía, por el simple hecho de exponer la imposibilidad de realizar unos trámites burocráticos obligatorios a través de una línea telefónica que no funcionaba correctamente o una página de internet que aparecía como “no disponible”. Sinceramente me sentí humillado e impotente. No sé como entendería aquél chaval eso de servir al ciudadano ( digo chaval porque podría ser fácilmente mi hijo). Pero lo peor fue constatar que ya ni de aquellos en los que confiamos ciegamente nos podemos fiar. Hay otro entendimiento de la sociedad en la que la ética, la profesionalidad, la empatía con los que sufren ya no es de recibo.
Creo que sabes que no soy guardia, pero he vivido en primera persona y en directo los efectos de la barbarie. He visto la mirada de algunas de las víctimas. He escuchado esos “sonidos del silencio” que se producían después de un atentado, cuando el sonido de una sirena suena irreal y lejana en medio del silencio. He sentido miedo al mirar a los coches que había a mi alrededor. He visto en verano árboles sin una hoja a consecuencia de la onda expansiva de una explosión. Pero eso parece que ahora es ciencia ficción.
Ánimo y no tiréis la toalla. Todavía hay miles de españoles que os apoyan, y quizás algún día, no sé qué justicia, pero la que sea ponga a cada uno en su sitio.
Saludos.
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