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Resultados 1 al 2 de 2
  1. #1
    Escirón
    Guest

    'Hago malabarismos con la olla'

    Los números dicen que María tiene 45 años, siete hijos y nueve nietos. Cobra la renta mínima, 507 euros, y junto a los 400 que ingresa su suegra, hace milagros para que coman todos. La realidad cuenta que los números no salen. Que la suma siempre da negativa a final de mes, que "la crisis habrá pasado para los políticos, pero para los pobres las cosas están cada vez peor" y que si no fuera por ella, por la abuela María, su familia pasaría hambre.
    Vive con su marido, sus suegros y cuatro de sus hijos en una casa de Vallecas, en Madrid. Pero de vez en cuando, cada vez más a menudo, también se quedan a dormir algunos de sus nietos, con edades entre los dos y los ocho años. Así cenan, desayunan mejor y "les llevo al colegio".
    María es gitana, tiene los ojos claros y vivarachos enmarcados por más arrugas de la cuenta, unas chanclas desgastadas, unos pendientes como todo signo de coquetería y un bolso en bandolera pequeño -porque para qué, si no hay nada que meter-. En voz baja y con la sonrisa asomando en cada frase explica a EL MUNDO que ha aprendido a hacer "malabarismos con la olla", que cuando empieza a cocinar y de repente llegan los niños sin previo aviso, "logro rebañar para una cuchara y un plato más", aunque sea "a costa de comer yo muy poquito".
    Hasta el momento "siempre hemos tenido por lo menos un poco de arroz en la mesa", pero esta mujer joven, que no se ajusta a los estereotipos que señalan que los abuelos son personas mayores, pensionistas, con tiempo libre para echar una mano con los nietos, teme "el día en que no sea así".
    Según un informe de la Fundación Educo, 8 de cada 10 abuelos aseguran ayudar económicamente a sus hijos y nietos, seis más que en 2010. María, más que ayudar, es el motor que mueve a los suyos. Ella y su suegra, a la que el Gobierno ha rebajado 100 euros la renta mínima porque vive con alguien que ya la cobra completa, destinan más de la mitad de lo que ingresan a los gastos de la casa y, el resto para comer.
    'Solo pido a Dios que me dé salud'

    En su nevera y su despensa todos los productos, los que hay, son de marcas blancas. Y la alimentación consta de macarrones, lentejas, leche, arroz y, alguna vez, carne o pescado.
    "Hay días que me levanto y no tengo ni un euro en el bolsillo. Entonces cojo el género que me queda, de cuando nos dedicábamos a la venta ambulante y todo nos iba bien, y salgo a vender dos, tres o cuatro horas. A veces saco algo y otras pierdo todo, porque la policía me quita la mercancía", dice la abuela.
    En el colegio Asturias, al que van algunos de sus hijos -tiene uno de tres años- y sus nietos, muchas familias están en una situación parecida. "Yo veo que esto cada día va a peor. Sólo escuchas a la gente decir que la han despedido, nunca nadie al que le haya salido trabajo". María dice que sus hijos buscan -de peluquería, de dependientes de una tienda...- pero no les llaman.
    Cuando María necesita unas zapatillas puede tardar tres meses en comprárselas y en su casa no hay cumpleaños que valgan. El dinero no da para regalos. Uno de sus nietos quiere ser futbolista "como Messi", otro dice que va a ser "bombero" y otro "abogado". Y la abuela les sonríe y sueña con ellos y dice que "ojalá, pero para nosotros eso es muy difícil".
    No obstante, casi siempre tiene buen humor, "porque estar triste y enfadarme no sirve de nada" y lo único que pide es "que Dios me dé salud" para "seguir cuidando de los míos".

    http://www.elmundo.es/espana/2015/09...6268b4585.html

  2. #2
    Es una pena, lo mismo desde el milcuatrocientos y pico, pasarán otros quinientos años y no habrá cambiado nada.

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