En el 2010 estuve en esa manifestación en frente de la DGGC, solo ver cómo algunos oficiales superiores estaban detrás de las cortinillas de los ventanales con cara de cabreo, como los compañeros de seguridad exterior del edificio con su chaleco antibalas pesado y arma larga te susurraban, bien hecho, mereció la pena.
Ojalá los tribunales nos vuelvan a dar la razón y podamos estar en frente de esos parásitos ancestrales de los fajines y el engominado. Demostremos que no tenemos miedo y si valor para luchar lo que por justicia nos merecemos y ellos nos lo niegan porque debemos estar calladitos siempre y decirles a todo si guana.
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