Como todoslos temas que inicia la AUGC, son de un altísimo interés, hay que ver cuanto bien esta haciendo a la Institución, los adoro, son mis ejemplos de guardias civiles de buen hacer por la sociedad y la institución, no tienen defecto alguno, todo lo que les adornan son virtudes, hasta ahora no me he dado cuenta de que debieran de gestionar no solo la DGGC, sino las Jefaturas de Comandancias, los Puestos principales deberían ser gestionados -no mandados- por miembros de la AUGC, y ¿porque no todas las unidades burocráticas y operativas? y ya puestos a exponer para ser jefe de Patrulla, pareja, grupo, etc. de cualquier especialidad, requisito indispensable ser socio de esta benémerita asociación.
Ahora la anécdota:
Siendo yo un joven Comandante de Puesto Rural, me preocupé de que me regalaran un ejemplar de pastor aleman que se vinculó al Puesto como uno más, era capaz de distinguir un coche oficial de uno particular y por supuesto vigilaba el perímetro del acuartelamiento de forma envidiable ya que el edificio estaba en un cuerpo central rodeado de un perímetro vallado y para acceder al edificio primer había que pedirle permiso a la perra que se llamaba "MAYA",-el nombre se lo puso mi hija de tres años adicta a los dibujos animados de la abejita. La perra el cuestión nos salvó de que un Comando de ETA no nos pusiera la bombita y hoy todos estamos vivos, la pusieron en un repetidor de televisión y tal fué la carga que la torre de alta tensión la segó de cuajo como si la hubieran aserrado con radiales. El jefe de la Comandancia en una charla de haberes me felicitó e impulsó a estas medidas de seguridad (todavía no existía el SYAP).
El hecho fué que la perra tomó tal categoría que, estando yo de permiso ordinario en mi tierra, al regresar al Puesto me encuentro con que a la misma le habían construido una caseta con ladrillos y tejass, lucida, creo que hasta con su nombre (más o menos como la BARBARCOA), pero no fueron los guardias del Puesto los que lo hicieron. El Brigada Jefe de la Línea, aprovechando mi ausencia se personó con los materiales y supongo que con traje de faena y construyó la mensionada caseta (el solito) para darme la sorpresa a mi llegada de permiso, cosa que realmente me alegró. A mi traslado pregunté a los guardias si me podía llevar la perra (me la habían regalado a mí). El más veterano contestó escuetamete: "La perra es del Cuartel" y allí quedó cumpliendo su misión.
Y ahora el comentario: Que mala suerte que en aquella época no estaba todavía la AUGC, porque de haber estado el bueno del Brigada hubiera sido famoso en todo el Instituto porque en lugar de cumplir con su deber se dedicaba ha hacer casetas para perros en los cuarteles, hubiera salido en prensa, hubiera exigido responsabilidades, que si el perro es oficial, que si es particular, que si hace sus necesidades en el patio y los agentes de manchan los zapatos y el patrullero las ruedas. la verdad, es caso como estos y como el de la barbacoa hacen falta asociaciones como la AUGC para que no se cometan esta serie de tropelias, lástima que este mes me encuentro un poco flojo de perras para inscribirme y pagar mis cuotas religiosamente.
Disculpad lo extenso, tenia que contar la historia de "MAYA".
Marcadores